Carta de Barcelona. Junio de 2024

Colaboraciones catalanas en el Periódico La Esperanza durante el mes de Junio de 2024

BOLETÍN POLÍTICO

Tras las «elecciones» (es un decir) autonómicas del 12 de mayo de 2024, se inicia el cambalache para la compra del cargo de «presidente» de la (mal llamada) Generalidad.

En este trueque mercantil, los secesionistas catalanes abandonan, de momento, la secesión, como nos informa Lo Mestre Titas. En efecto, el modelo de financiación autonómico —no la secesión, ni siquiera el referéndum— es la principal exigencia de ERC para investir al socialista Salvador Illa como presidente catalán.

En política española, el usurpador Felipe —mal llamado el VIº— sanciona (firma) la «Ley» (es un decir) de Amnistía, perpetrada por el gobierno de Pedro Sánchez. Se trata de un acto debido (sic), propio de estas Monarquías de plástico que coronan, a modo de adorno navideño, el árbol político de las repúblicas modernas. Los carlistas catalanes ya habíamos publicado un Manifiesto con motivo de la aprobación de Ley de Amnistía, en marzo pasado, y a él nos remitimos.

Otras «elecciones» (de esas que no eligen nada) han tenido lugar en junio: las europeas del día 9. En ellas, la abstención ha vuelto a ganar en el Principado de Cataluña, pero no hemos perdido el tiempo en preparar una crónica al respecto. En cambio, sí nos hemos hecho eco, gracias a Agencia Faro, de algo más importante: el cierre de la frontera francoespañola realizado de forma conjunta por agricultores españoles y franceses, pocos días antes de esos comicios. Por primera vez, los agricultores de ambos países protestaban juntos contra la Europa estatista que hace inviable nuestro campo, a causa del régimen burocrático «ecológico», de los acuerdos de libre comercio desiguales, y de los costes energéticos inflados por los impuestos.

Por último, y en vista de su actualidad, hemos rescatado un texto de Francisco Canals que sintetiza a la perfección el fenómeno del nacionalismo catalán, síntesis que se puede extrapolar, en lo esencial, a cualquier otro nacionalismo, como el español. Lo publicó en la revista Verbo, en 1996:

«El nacionalismo es al amor patrio lo que es un egocentrismo desordenado en lo afectivo, y pretendidamente auto justificado por una falsa filosofía, a aquel recto amor de sí mismo que se presupone incluso en el deseo de felicidad y en la esperanza teologal por la que nos orientamos a la bienaventuranza sobrenatural.

 »Pero el amor propio desordenado puede llevar, como afirmó San Agustín a la rebeldía y al odio contra Dios. El nacionalismo, amor desordenado y soberbio de la “nación”, que se apoya con frecuencia en una proyección ficticia de su vida y de su historia, tiende a suplantar la tradición religiosa auténtica, y sustituirla por una mentalidad que conduce por su propio dinamismo a una “idolatría” inmanentista, contradictoria intrínsecamente con la aceptación de la trascendencia divina y del sentido y orientación sobrenatural de la vida cristiana».

CRÓNICA DEL PRINCIPADO

La margarita Lina —que realiza un encomiable apostolado sobre la modestia femenina en Instagram: @ruah431—, nos enseña que sin modestia femenina no hay sociedad posible. En efecto, la corrupción de la mujer, mediante la pérdida de la modestia femenina, es clave para entender la actual destrucción de nuestra sociedad:

«No es casualidad que todo el desastre en que se hundió la Iglesia y el mundo a partir de mediados de los 60, coincidiese exactamente con la pérdida de la modestia en la apariencia. El Enemigo sabía muy bien que ese cambio trascendental provocaría el hundimiento de la sociedad en la impureza, el pecado que más almas lleva al infierno, según dijo la Santísima Virgen en Fátima.

»De ahí vino la destrucción de la familia y después, la de los varones. Destruida la mujer en su decencia y dignidad auténtica, se destruyó la familia y los propios hombres, desconcertados, cayeron en la inmodestia y el afeminamiento. Destruida la mujer, destruida toda la sociedad. Las niños también gracias a todo ello son cada vez más precoces en la inmodestia y la impureza».

SECCIÓN RELIGIOSA

La Iglesia dedica Junio a la devoción al Sagrado Corazón Jesús, en cuya imagen se resume todo el Amor de Dios, en palabras de Mossèn Emmanuel Pujol: «Quiero rezar para que nuestra Patria, con los inmensos dones divinos de que dan muestra los hitos que ornan su historia de fe, y hoy tan afligida por haberse vuelto de espaldas a Dios, encuentre en el Corazón de Jesús el eficaz remedio que tantos pecadores han hallado a sus males y entre los cuales me cuento. Ojalá, como aquí lo esperamos muchos, el Corazón Sagrado de Jesús se digne servir de esta vieja Causa que en la primera hora de la Revolución se consagró por entero a Su servicio y que todavía hoy, por Su inmensa misericordia, persevera en la lucha para que Él reine. ¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!»

HISTORIA DEL TRADICIONALISMO

El (desde este mes) Doctor Pere Pau continúa su magnífica serie histórica sobre Salvador Dalí, la fe y la tradición. Este mes de Junio nos ha ofrecido tres nuevas entregas, que se suman a las cinco anteriores.

Así, en la sexta entrega de su serie, observamos cómo el movimiento surrealista se puso al servicio de la Revolución, con la voluntad de arruinar definitivamente la familia, patria y religión. «Cada vez más introducido en el movimiento surrealista, Dalí se hace discípulo y esclavo de la locura revolucionaria, derrumbándose los cimientos de su concepción artística, reatornillando hasta la asfixia su vida y cargando de tensión la familia; haciendo que, incluso, el librepensador de su padre estuviera seriamente preocupado».

En la séptima entrega, encontramos que la etapa surrealista de Dalí será toda una tormenta para la familia. Su padre le deshereda, su madre fue menospreciada por su hijo, su hermana se escandaliza… Y Dalí sustituye a su familia por la cuadrilla de revolucionarios surrealistas. Como el mismo Dalí explicaría años después: «inmediatamente, le miré [a André Breton] como a un nuevo padre. Pensé entonces que se me ofrecía algo así como un segundo nacimiento. El grupo surrealista era, para mí, una especie de placenta nutricia y creía en el surrealismo como en las tablas de la ley».

 Y en la octava entrega vemos cómo Dalí supera ese ambiente ponzoñoso gracias al amor de Gala, «el milagro de su vida, fue, probablemente, el catalizador de su ruptura con el grupo surrealista; ella, desde muy pronto, le advirtió que en ellos no encontraría todo lo que anhelaba y hasta alimentó las diferencias que fueron finalmente motivo de su ruptura. En cierto modo, ella hará un camino paralelo al de la vida de su marido y, morirá, en 1982, confortada por el auxilio de los últimos sacramentos».

rculo Tradicionalista Ramón Parés y Vilasau (Barcelona)

Deje el primer comentario

Dejar una respuesta