El Ayuntamiento de Barcelona retira la Misa de la Virgen de la Merced del programa oficial de la fiesta mayor

La Virgen de Merced es co-patrona y «Princesa» de Barcelona, y la fiesta mayor se celebra(ba) en su honor

Retablo de la capilla lateral de la Catedral de Barcelona, aludiendo a la constitución de la orden de la Merced por parte del Rey Jaime I (sentado en su trono, izquierda), San Raimundo de Peñafort (de pie, centro) y el caballero San Pedro Nolasco (de rodillas, centro), ante el Obispo Berengario de Palou (de pie, derecha, el día 10 de agosto de 1218. Foto: Josep de Losports.

El 24 de septiembre, la Iglesia celebra la festividad de la Virgen de la Merced, co-patrona de Barcelona.

El Misal y el Breviario califican de Descenso (Descensióne) —y no de aparición, como en el resto de las apariciones marianas— la visita que la Virgen realizó la noche del 1 al 2 de agosto de 1218 de forma simultánea al Rey Jaime I, a San Raimundo de Peñafort y a San Pedro Nolasco, en Barcelona. Se trata del único caso de la historia en que la Iglesia habla de Descenso de la Santísima Virgen.

En años anteriores, los lectores de LA ESPERANZA ya han tenido ocasión de leer detalles sobre este hecho histórico: así, en 2021, en el artículo Quan la Verge baixà del Cel a Barcelona — Cuando la Virgen bajó del Cielo a Barcelona, de Josep de Losports, se puso en contexto el Descenso de la Virgen de la Merced con el yugo mahometano que sufría España en aquel momento, siglo XIII, en plena Reconquista. Y cómo, ante esa adversidad, Nuestro Señor nos envió a su Madre para establecer nuevos redentores que habían de entregarse a la esclavitud, el tormento y la muerte, para lograr la redención o libertad de sus hermanos. Imitaban así a Cristo, que nos trajo —por su Pasión y Muerte—  la redención y la libertad a todos los hombres.

También, en 2022, en La corrupción revolucionaria de la fiesta de La Merced en Barcelona, Gabriel Sanz Señor nos mostró la corrupción actual de la fiesta mayor barcelonesa a causa del liberalismo y sus excreciones tanto separatistas como unionistas, y tanto de derechas como de izquierdas. Así, la fiesta no sólo ha perdido toda muestra de fe y religiosidad, sino que se ha paganizado y violentado hasta volverse irreconocible con respecto a lo que fue antaño.

Este año, 2024, deseamos resaltar la retirada de la Misa de la Merced del programa oficial de las «Fiestas de la Merced», como si no tuvieran relación alguna. Esta retirada ya se viene produciendo desde 2015, perpetrada por la entonces alcaldesa de ultraizquierda (Inmacul)Ada Colau. El nuevo gobierno del socialdemócrata Collboni, de izquierda más limpia y enjabonada, perpetúa esta afrenta contra la Santísima Virgen.

En el orden político, los conservadores (de la Revolución) afean a Collboni su defensa del carácter «popular y laico» de la fiesta mayor, cuando la Constitución establece la «aconfesionalidad» del Estado pero no su «laicidad». Y éste es el error. Una Constitución (sic) que no constituye nada, sino que subvierte el orden natural y cristiano de la sociedad para sustituirlo por el desorden de la autonomía-capricho de la voluntad.

Y en el orden religioso, esta retirada de la Misa constata una vez más el fracaso del aggiornamiento del Concilio Vaticano II que, buscando acercar el «mundo» a Cristo, ha conseguido todo lo contrario.

Los carlistas barceloneses seguimos honrando a nuestra querida co-patrona y, siguiendo el Introito de la Misa propia de la archidiócesis de Barcelona de hoy, nos alegramos «todos en el Señor, al celebrar esta fiesta en honor de Santa Maria Virgen; de cuyo Descenso se alegran los Ángeles y alaban juntos al Hijo de Dios», pero no los enemigos de Dios.

Y cantamos el Goig compuesto por el poeta Mossèn Cinto Verdaguer:

«Dels catius mare i patrona,

puix del cel nos heu baixat:

Princesa de Barcelona,

protegiu vostra ciutat».

Circol Tradicionalista Ramon Parés y Vilasau (Barcelona)

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