La crisis energética que sufre el Ecuador, comenzó a finales del año 2023; sin embargo, esta situación ha empeorado. Desde el pasado mes de septiembre, el gobierno nacional, adoptó la medida de los racionamientos eléctricos programados por periodos de hasta 12 horas, lo que ha empeorado el estado de vida de los ciudadanos.
Este escenario se repite, nuevamente en el gobierno de Daniel Noboa, recordando que en el mes de abril, hubo apagones, pese que Noboa junto con el legislativo, habían aprobado una ley para resolver este problema en el mes de enero, tras haber superado los apagones ocurridos a finales del año pasado.
En ese entonces, el gobierno responsabilizó a los encargados del ministerio de energía, por presunto sabotaje, y los demandó. Sin embargo, la ahora ex ministra Andrea Arrobo, declaró en su defensa que antes de abril, había advertido al presidente Noboa de que los apagones iban a seguir ocurriendo durante el estiaje. El primer mandatario no le dio importancia, debido al plebiscito, donde resulto relativamente victorioso.
Desde hace meses muchos expertos señalan que este estiaje resultaría ser muy fuerte, como ha sido, ya que ha secado los caudales de los ríos que alimentan a las hidroeléctricas. Ahora la solución es esperar que llueva. Pese que en estos últimos días han llovido, aún no ha sido lo suficiente para que los ríos recuperen sus caudales.
Todo lo expuesto deja en evidencia la ineficacia del gobierno por no haber tomado medidas preventivas y por no tener capacidad para resolver la situación; por ejemplo, recurriendo a la adquisición de una barcaza generadora de energía turca, cuyo proceso de contratación muy cuestionable por parte del régimen. Pese que está operando actualmente, no ha sido suficiente para superar esta crisis eléctrica.
Las consecuencias de esta crisis energética son evidentes: negocios quebrados, aumento del desempleo, limitaciones en las atenciones médicas, ausencia de señal telefónica, alza exagerada de precios y carestía de la vida, etc. Se teme que los apagones continúen hasta los primeros meses del siguiente año. Esta la crisis de seguridad también sigue afectando a provincias en las que el gobierno ha declarado conflicto armado interno desde inicio del año.
Aunque el gobierno, ha optado por medidas drásticas para resolver las crisis, donde no ha tenido resultados esperado y su simpatía está deteriorándose, y eso que el presidente Noboa busca ser relección para un nuevo periodo de Gobierno, ya que en los próximos meses se celebrarán elecciones generales ordinarias.
También suma que los otros políticos, como la mayoría de los legisladores que buscan la relección entre los que hay que mencionar al Jefe de Estado con sus ministros, han mostrado ineptitud y despreocupación a la hora de resolver estas tribulaciones priorizando sus intereses individuales. Ahora que todos están en campaña política – aún no oficial – que prometen resolver estas crisis a cambio de votos, cuando es fácil promete el cielo, pero traen el infierno, y este régimen actual es un claro ejemplo de fallar a sus promesas ofrecidas en campaña.
Agencia Faro. Ecuador. J. Arias.
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