El carlista catalán Antonio Tort, joyero y padre de trece hijos, será beatificado el próximo 23 de noviembre (y II)

Antonio Tort nos presenta un ejemplo de coraje para nuestro tiempo, en el que la persecución aumenta de grado al ser moral o espiritual

Antonio Tort y familia.

La primera parte de este artículo puede leerse aquí.

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Detención y martirio

Mercedes Tort, una de las hija de Antonio —y que posteriormente sería religiosa de las Hermanitas de la Asunción—, evoca el momento de la detención de su padre, de su tío, y del Obispo Dr. Manuel Irurita.

Era el martes, 1 de diciembre de 1936, festividad de San Eloy, patrón de los joyeros, profesión de Antonio Tort.

«Fue poco después de comer, sobre las tres de la tarde, sonó el timbre y fui a abrir, entraron rápidamente, eran siete, registraron y nos reunieron a todos en el comedor. Sí, Marcos Goñi Almandoz y el obispo eran primos. La patrulla [la legalizada Patrulla de Control núm. 11 de Pueblo Nuevo], tenía su cuartel en el [número] 360 de [la calle] Pedro IV, habían encontrado la lista de una peregrinación a Montserrat con mi nombre, yo tenía 18 años».

Antonio se despidió de su esposa María, de sus padres Jaime y Anita y de sus hijos, asegurándoles que iba al Cielo y que no les faltaría nunca la Providencia Divina, como así sucedió sensiblemente hasta la fecha. «Digueu: Sagrat Cor de Jesús, en Vós confio». Y continuó Antonio diciendo: «Adeusiau, fins al Cel… No en tocaran un cabell del cap que Déu no ho vulgui. No tingueu por, la Providencia no us abandonarà». Su hija Mercedes, también detenida, le dijo «Papá, ens porten a matar». Pero Antonio le replicó: «Ens porten al Cel». Uno de los revolucionarios intervino: «¿Nosotros os llevamos al cielo?». Y Antonio le respondió: «Sí, nos lleváis al cielo si nos matáis; por ello nos os guardamos ningún rencor. Os perdonamos y rogamos a Dios por vosotros y por vuestras familias».

Mientras tanto, los demás milicianos de Companys aprovecharon para robar piezas de joyería de la familia y para destrozar las imágenes religiosas que encontraron.

Continúa Mercedes Tort: «Era un coche muy grande, recuerdo cómo íbamos distribuidos, en el asiento de atrás el obispo, su familiar y yo; en los asientos intermedios mi padre [Antonio Tort] y su hermano Francisco, y delante el chofer y un miliciano. Además, en los estribos laterales iban un miliciano a cada lado cogidos de la ventana y fusil al hombro».

A Mercedes Tort la pusieron en libertad a las pocas horas y al resto les trasladaron, desde el cuartel de c/ Pedro IV, número 360, hasta la checa de San Elías (actual parroquia de Santa Inés, en el Barrio de Sant Gervasi). Durante la comida del día 3 de diciembre, en la checa, Antonio hablaba contento y alegre de su propia muerte: no era obstáculo para su alegría el dejar los suyos, pues los dejaba seguros en manos de Dios.

La noche del jueves 3 de diciembre de 1936, festividad de San Francisco Javier, patrón de Navarra, fue conducido al cementerio de Montcada (conocido como «el Paracuellos catalán»), junto al Obispo Irurita, mossèn Goñi, y su hermano Francisco de Paula.

Los cuatro fueron fusilados en la madrugada —en un «noche oscura y fría»— del viernes 4 de diciembre de 1936, según testigos de la prisión de San Elías cuyos testimonios fueron recogidos en el informe del Vicepostulador Muñoz.

Era primer viernes de mes, día dedicado a desagraviar y a honrar al Sagrado Corazón de Jesús, del que era gran devoto Antonio Tort.

Sus cadáveres fueron sepultados en la clandestina fosa común del Cementerio de Montcada, entre más de un millar largo de asesinados.

Identificación del cadáver de Antonio Tort

Los detalles de la identificación del cadáver de Antonio Tort los encontramos en el informe Mons. José Morera, Vicario General de la diócesis de Barcelona e instructor del expediente relativo a la identificación de los restos encontrados en Montcada, de fecha 15 de noviembre de 1943.

Así, el cadáver de Antonio fue identificado por su esposa María Gavín y por sus hijos José María y Victoria Tort Gavín en el cementerio de Montcada en 1940 (ficha 803). También identificaron los restos de su cuñado y tío Francisco de Paula (ficha 823), del Obispo Dr. Manuel Irurita (ficha 814) y de mossèn Marcos Goñi (ficha 788).

Tras esta identificación, los restos de Antonio Tort y de su hermano Francisco fueron trasladados a las iglesias del Pino y la Merced, de Barcelona, y posteriormente al nicho familiar en el cementerio de Les Corts, también de Barcelona, donde reposan en la actualidad.

Antonio Tort: ejemplo carlista en tiempos de persecución revolucionaria

Ser carlista en la Barcelona revolucionaria de 1936 significaba correr un gran riesgo: las iglesias estaban siendo saqueadas y la persecución contra aquellos que se mantenían firmes en la Fe se hizo más feroz. A ese riesgo, se sumó el de la ocultación en su propia casa del Obispo de Barcelona, de su familiar también sacerdote, y de varias religiosas religiosas Carmelitas de la Caridad.

La Fe y la valentía de Antonio Tort no se quebró en aquellos aciagos días, sino que —todo lo contrario— aumentó con la adversidad.

Antonio Tort nos presenta un ejemplo de coraje para nuestro tiempo, en el que la persecución aumenta de grado al ser moral o espiritual; y en el que los enemigos de la Fe y de la Causa se encuentran también, esta vez, entre quienes deberían defenderla.

Josep de Losports, Círculo Tradicionalista Ramón Parés y Vilasau (Barcelona)

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