ESPAÑA, VALENCIA-MADRID– El orden de la caridad prima a los que son más próximos en los deberes de socorro. Cumpliendo diligentemente su deber cristiano y para con los suyos, una modesta comitiva del Círculo Antonio Molle Lazo de Madrid regresó este fin de semana avisitar al Jefe Regional de Valencia, D. Jesús Ferrando, y para unirse a los trabajos de hacendera junto con los miembros del Círculo Alberto Ruiz de Galarreta de Valencia.
Tres coches bajaron el viernes y el sábado, portando más de media tonelada de suministros urgentes. Los correligionarios y simpatizantes madrileños se unieron a los valencianos para trabajar hasta el domingo y el lunes. Los trabajos de limpieza, desescombro, y reparto de alimentos e insumos se concretaron en las localidades de Paiporta, Beniparrell y Catarroja.
La visita al Jefe regional de Valencia
La mañana del domingo, los miembros del Círculo Alberto Ruiz de Galarreta y del Círculo Antonio Molle Lazo emprendieron camino hasta Paiporta.
Distribuidos en dos coches, y con tal de evitar las restricciones que perturban la labor de los voluntarios —en manos de quienes está realizándose la mayor parte de la faena efectiva en la limpieza y la asistencia básica—, la marcha se emprendió cuanto antes.
Una vez en el lugar, pertrechados con la ropa de trabajo y con la boina roja, la comitiva de ambos Círculos se dirigió a la casa de la familia Ferrando. Allí nos esperaba D. Jesús, quien, pese a los amargos disgustos vividos, nos recibió con una amplia sonrisa y los brazos abiertos.
La calle se hallaba bastante limpia tras 12 días de intensísimo trabajo sostenido por centenares de personas. Tras limpiar su casa, los Ferrando dispusieron su vivienda como base operativa para la limpieza del barrio, que era sin duda el que mejor se encontraba el pasado domingo. Testigo del desastre y también del esmero es el Estandarte de Su Alteza Real Don Sixto Enrique de Borbón que pende en la fachada de la vivienda de D. Jesús, la cual registra también el nivel de la riada. Pues llegó a haber 5 metros de agua en aquel lugar, y la fuerza de la lengua de lodo reventó las paredes de los sótanos de la vecindad, como pudimos ver.
Más de 40 personas han vivido diariamente estos días, trabajando para auxiliar a los vecinos del barrio y del resto de la localidad. Unos días unos, otros otros, la diligencia y magnanimidad de los Ferrando ha movilizado cientos de personas para ponerlas al servicio de Paiporta.
El presidente del Círculo Ruiz de Galarreta le entregó los fondos —modestos, pero no pequeños, gracias a la generosidad de muchos amigos— que habíamos logrado recaudar para socorrer económicamente a nuestro Jefe regional.
Tras expresarle nuevamente nuestro apoyo y ponernos una vez más a su entera disposición para cualquier trabajo o gestión que estuviese a nuestro alcance en orden a su recuperación material, el secretario del Círculo Molle Lazo le hizo entrega de una bandera con el Divino Corazón.
El presidente del Círculo Ruiz de Galarreta le obsequió también con una boina roja y con una bandera de la Cruz de San Andrés, símbolos ambos de nuestra común adhesión a la Santa Causa y a su legítimo Abanderado, cuya bellísima carta del pasado 4 de noviembre había leído con emocionada gratitud.
Jesús también nos refirió algunas historias realmente impresionantes vividas durante estos días últimos por su familia, como la salvación in extremis de su hija Encarna y su marido Sergio, o el relevante papel desempeñado por su hijo, el sacerdote D. Federico Ferrando, en la movilización y coordinación de voluntarios.
Pero queremos destacar especialmente la gallarda anécdota protagonizada el pasado domingo 3 de noviembre por su hijo Bosco Ferrando, durante la ignominiosa visita del presidente del «gobierno» y del okupa de la Zarzuela.
En el transcurso de aquélla, tras haber huido Pedro Sánchez, nuestro joven Bosco —el mismo que heroicamente arriesgó su vida para poner a salvo la de dos niños durante la riada— siguió de cerca al «dialogante» y «democrático» usurpador para poder increparle y recriminarle su complicidad en esta infamia nacional, como en todas las que viene padeciendo España desde hace décadas.
En un momento determinado, el Jefe del Estado y nuestro valiente correligionario quedaron frente a frente y éste, altivo y enérgico, le espetó a aquél: «¡Tú no eres el Rey! ¡Mi Rey es Don Sixto!».
Valga esta vibrante anécdota para debelar la superchería, propalada por los medios conservadores y democratacristianos, según la cual la reacción popular de Paiporta, simbolizada insuperablemente en nuestro querido correligionario, se dirigía únicamente contra Sánchez, pero no contra el impostor de la monarquía.
En estos momentos, el Régimen del 78 no socorre a Valencia, pero achica agua. Todos los partidos y banderías se esmeran en su salvamento, y en sacar provecho. PSOE y PP se achacan uno al otro las culpas. PODEMOS suelta amarras con el gobierno, intentando que no le arrastre en la caída. VOX ve el cielo abierto y acelera su maquinaria para sobrepasar al PP en Valencia, si puede, y para sobrevivir electoralmente a nivel nacional de un desplome que parecía seguro. Todos carroñeros, que pretenden encauzar el popular rechazo al régimen para encauzar ese mismo régimen.
Entre éstos y otros asuntos la conversación fue acercándose al final y hubimos de continuar las horas de trabajo.
Pero quisiéramos dar cuenta una vez más de la ejemplaridad de nuestro Jefe regional: no sólo por su ya consueta humildad, dulzura y elegante sobriedad, viviendo con auténtica alegría y agradecimiento a la divina Providencia circunstancias tan difíciles, sino por su admirable animosidad, entereza y entrega abnegada a la Comunión Tradicionalista, llegándonos a expresar su deseo de que los Círculos locales recuperasen cuanto antes la normalidad de su actividad política.
El sudor con que regamos el lodo contra el que hubimos de bregar el resto de la jornada por las calles de Paiporta no logró nublar en ningún momento el recuerdo de estos momentos tan emocionantes. Al contrario; nos acompañaron todo el día y los atesoraremos siempre.
Y así, en ambiente de acrisolada hermandad, de lealtad acomunada a la Causa más noble, servida por tan nobles Jefes, fueron transcurriendo las horas y llegó el momento de despedir a nuestros esforzados correligionarios. Varios de ellos permanecieron unos días más ayudando en nuestras sufridas tierras.
La despedida no podía darse sin antes compartir un improvisado ágape con que, reparadas nuestras fuerzas, renovamos nuestras amistades al servicio de Dios, Patria, Fueros y Rey.
Los trabajos de limpieza y de asistencia
El sábado, antes de que despuntara el alba, los correligionarios madrileños se coordinaron con unos cuantos miembros del Círculo Cultural Alberto Ruiz de Galarreta, con los que compartieron el día y las faenas.
Una de las parroquias de la ciudad de Valencia, que ofreció techo y lecho a nuestros amigos madrileños y que cuenta con una eficaz red logística de socorro a los damnificados, se encargó de asignarles tareas concretas en que pudieron ser de gran ayuda.
La actuación principal de aquel día consistió en la limpieza de un taller familiar en una zona industrial gravemente afectada. El edificio, antes de la riada, había estado destinado a funciones benéficas, tales como albergar en su interior multitud de juguetes para niños desfavorecidos.
El inmueble, sito en Beniparrell, es propiedad de un matrimonio afectado por las inundaciones que, sin embargo, había postergado el cuidado de su taller para volcarse en los días previos en la asistencia a las víctimas de la catástrofe, poniendo a su disposición todos sus medios técnicos y locomotores.
Finalizada la jornada del sábado, los correligionarios valencianos y madrileños nos despedimos y marchamos a reponer fuerzas. A lo largo de las últimas horas de aquel día fueron llegando más correligionarios y simpatizantes de Madrid y otros puntos de la Península que se integraron en los grupos de trabajo.
Al día siguiente, una pequeña parte de la comitiva del Círculo Antonio Molle Lazo continuó colaborando con la parroquia que les había acogido en diferentes municipios, como Catarroja. Allí llevaron a cabo tareas de reparto de alimentos y de suministros a los vecinos afectados. Muchos de ellos —niños, ancianos, enfermos— tienen dificultad o imposibilidad para salir de sus casas.
La mayor parte del grupo se emplazó a primera hora de la mañana con varios miembros de la Junta del Círculo Alberto Ruiz de Galarreta para desplazarse hasta Paiporta, donde reside el Jefe Regional del Reino de Valencia, D. Jesús Ferrando.
Como ya se ha apuntado, en Paiporta los miembros del Círculo Alberto Ruiz de Galarreta y del Círculo Antonio Molle Lazo se unieron a las tareas de limpieza más urgentes de la localidad.
Toneladas de lodo inundan los bajos que han sobrevivido en estos pueblos. Tras recibir las instrucciones en la parroquia local, centro logístico vivo, los correligionarios se incorporaron a la limpieza de un garaje gravemente afectado. Junto con los otros voluntarios, pudieron acabar el trabajo antes de marchar de vuelta.
Durante el día lunes, la parte restante de la comitiva madrileña trabajó también en Catarroja. Colaboraron en la parroquia local junto a un sevillano asentado allí. A lo largo de todo el día, descargaron y repartieron cajas de múltiples productos de urgencia, como comida, pañales, leche, productos de limpieza, etc.
Agencia FARO/Círculo Alberto Ruiz de Galarreta de Valencia-Círculo Antonio Molle Lazo de Madrid
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