La pasada tarde del miércoles 22 de enero más de un centenar de personas se reunieron en el emblemático Nuevo Casino de Pamplona con ocasión de la presentación del epistolario privado de un combatiente del Tercio de Navarra, Mateo Arbeloa, con su mujer, Josefina Muru, naturales ambos de Mañeru, pueblo de la Merindad de Estella, en Navarra, que se desarrolló durante los primeros compases de la Cruzada Nacional del pasado siglo; se trata de tal vez la colección privada de cartas más extensa de la guerra. El libro, publicado en una cuidada edición a cargo de la editorial Almuzara, recoge las vivencias más íntimas de este matrimonio durante el tiempo que Mateo estuvo en el frente norte, compiladas y editadas con escrupulosidad por la arqueóloga MªPilar Sáez de Albéniz Arregui y el médico doctor en historia de la medicina Pablo Larraz Andía (autor de otras obras de interés como Requetés: de las trincheras al olvido y Entre el frente y la retaguardia: la sanidad en la guerra civil; el hospital Alfonso Carlos, Pamplona, 1936-1939).
En el acto intervinieron, además de los arriba mencionados, Joaquín Ansorena Casaus, exvicepresidente del Nuevo Casino e Iñaki Iriarte López, profesor en la Universidad del País Vasco y miembro del Parlamento de Navarra por UPN entre los años 2013 y 2023. De las intervenciones de los ponentes, a excepción honrosa de Pablo Larraz, es triste constatar cómo los lugares comunes del régimen del ’78 en materia de discurso político, el complejo de inferioridad absolutamente inveterado en la mentalidad conservadora al rememorar la Cruzada y los psicologismos vagos y vergonzantes impuestos sobre los protagonistas de la historia, pueden deformar la perspectiva que de este libro llegue a tener algún despistado asistente que aún no se hubiera acercado a las páginas.
Las diferentes intervenciones de los ponentes estuvieron acompañadas de multitud de fotografías de archivo, que también se pueden encontrar en el libro, donde se plasman momentos de la crudeza de la trinchera y la cotidianidad del frente, la calidez de los retratos privados de familiares que portaban los combatientes o las realidades de retaguardia; rostro visible de unos ideales que hoy se invocan torticeramente o se desfiguran impunemente al servicio de las ideologías. Entre los asistentes reinaba un vivo interés por la historia de dos sencillos agricultores de un pueblo de menos de mil habitantes cuya historia ha permanecido oculta entre una multitud de heroicidades similares, signo real del atractivo que todavía suscita el sacrificio de una generación, probablemente por incomprendido.
Sin embargo, el auténtico valor del libro no se limita exclusivamente en ser material histórico, fuente primaria de aquel acontecimiento, sino que destaca especialmente en su capacidad de condensar, personalizar y vivificar, a través de la ternura y delicadeza de la confidencia conyugal y del bellísimo género epistolar, las motivaciones y compromisos de tantos miles de carlistas que dejaron sus tierras y familia para luchar por Dios y por la Patria, y encarnan ejemplarmente el alma del tradicionalismo español, en armas perpetuas contra la revolución y la fractura de la sociedad que ésta trajo. La intimidad de este matrimonio pone de manifiesto la identidad esencialmente católica del pueblo español, la inclinación natural del católico por la vida política y la confianza sobrenatural en la justicia y realeza divinas. También, como elemento de muestra, son imagen clara de la desfiguración política de tantas familias, españolas en general y navarras en particular, que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XX, pues de este matrimonio de fe inquebrantable, espíritu sacrificial y alma tradicional surge Victor Manuel Arbeloa Muru, conocido en estas tierras por ser uno de los principales artífices de la refundación del Partido Socialista de Navarra durante los últimos años del régimen de Franco, llegando a ser el primer Presidente del «Parlamento Foral» de Navarra entre 1979 y 1983, senador del PSOE y europarlamentario, habiendo sido ordenado sacerdote entre los años ’50 y ’60.
Recomendamos fervientemente a nuestros lectores que se aproximen a la lectura de estas cartas para progresivamente ir encendiendo su corazón en la caridad que se debe a aquellos mártires que dieron su vida y honor por defender el imperio de la Religión y del Bien para poder, a través de las circunstancias de nuestro tiempo, fortalecer nuestra voluntad y librar el buen combate para el triunfo definitivo de Cristo Rey.
Agencia FARO/Navarra
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