Decreto «Ómnibus televisiónis et secúritas sociális»

Subida de impuestos a los ricos (argumentan los de izquierdas, los de derechas y los del Tercero C)

Imagen: ElDiario.es

Tumbado el Real Decreto «Ómnibus», donde se intentó aprobar el todo por la parte (la subida de las pensiones y la entrega de un palecete parisino para los secesionistas vascos; junto a cosas tan variopintas y caciquiles como beneficios tributarios para impulsar que San Mamés -Bilbao- fuera la sede de la final de Champions femenina en 2024 y de la final de Europa League masculina en 2025; amén de subidas de impuestos en carrera meteórica) comprobamos a todos  los efectos la degeneración más genuina del loco Régimen del 78.

Juvenal, si fuese nuestro contemporáneo, alargaría su Sátira X hasta el infinito, sustituyendo el «panis et circenses» por «televisionis et securitas socialis» (ruego disculpas por el crimen cometido con nuestra lengua madre).

Del primer artículo de nuestro Juvenal del siglo XXI, no es necesario recordar que la televisión es el vertedero moral que todos los españolitos meten en su casa con tranquilidad y confianza digna de un irracional, sin mencionar que ese estercolero en vómito continuo lo colocan los padres en la habitaciones de sus hijos o en lo móviles que inundan ahora los bolsillos de todo los infantes: desde el magreo de algún líder, que sí o sí, está en el juzgado; pasando por los programas de porno realidad o de desconstrucción mental en forma de debates.

Tampoco es necesario entrar en la subida de impuestos, que ya nos es de sobra conocida por todos.

Subida de impuestos a los ricos (argumentan los de izquierdas, los de derechas y los del Tercero C)

Pero es que el rico…es usted querido lector. Ha entrado en este selecto grupo desde que, con el sudor de su frente, come caliente la mayor parte de la semana. ¿No sería usted tan iluso en pensar en millonarios, dueños de propiedades de ensueño, que tienen la capacidad de tributar en otro lugar? Pues no; hace ya lustros que no es usted clase media, ¡ya es parte de la clase alta! Eso es ascenso social. Por eso, cuando hablan con esa pasión revolucionaria de acribillar a impuestos a los ricos, es a ¡usted!

Pero centrémonos en la «securitas socialis». Las pensiones contributivas, esas en las que el «ciudadano» ha contribuido con su trabajo y, mediante el principio de solidaridad intergeneracional, a que otros cobren la pensión para ahora disfrutar de ella, subirán 2,8 %.

Las pensiones de los que no han contribuido, un 10%; y las prestaciones de Ingreso Mínimo Vital un 9% (605.696 hogares que reciben el IMV y un número de 1.820.944 personas). A esto últimos se les penalizará con la devolución de la prestación si se les ocurre trabajar (y cómo no tendrán ahorros para hacer frente, vendrán los recargos, los embargos, etc., al objeto de evitar la tentación de laborar). A eso sumemos el Bono Cultural para que los jóvenes que entran en el mercado de compra de votos se gasten 400 euros en los productos y servicios que entran en el eclético espectro denominado «cultura». Y a la Ayuda para la Infancia (unida al Ingreso Mínimo Vital), habrá que sumar el llamado Derecho Social Universal (DSU) de 200 euros más por hijo, independientemente de sus ingresos, hasta la mayoría de edad.

Resumo: matrimonio joven, con tres hijos de 3 meses, año y medio y tres años, por el mero hecho de existir, cobran hoy, 1759,89 euros mensuales, a los que próximamente sumarán otros 600 euros (DSU). Es decir: 2359, 89 euros mensuales.

¿Cuánto vale un voto? Yo ya le he echado las cuentas.

María Dolores Rodríguez Godino, Margaritas Hispánicas.

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