Treinta años de anales de la Fundación Elías de Tejada

Vemos por doquier brotar iniciativas, como las vemos desaparecer sin haberse siquiera agostado

El año 1994 el Patronato de la Fundación Francisco Elías de Tejada, presidido por Juan Vallet de Goytisolo e integrado, además, por Rafael Gambra, Alberto Ruiz de Galarreta, José Miguel Gambra y Miguel Ayuso, entre otros, empezó a editar una publicación de periodicidad anual que acaba de cumplir treinta años. La entrega de este año es particularmente consistente. Reproducimos la primera parte de la presentación, pues siguen otras dos más que repasan las actividades y publicaciones, que exceden de la dimensión conveniente para un artículo de LA ESPERANZA. Que se suma a la celebración.

Abrimos el volumen trigésimo de estos Anales. Treinta años, desde luego, no son poca cosa, en la vida de una persona y en la de una publicación. Vemos por doquier brotar iniciativas, como las vemos desaparecer sin haberse siquiera agostado. Es muy fácil idear algo, tanto como difícil perseverar en lo ideado. Hace treinta años, más de treinta años, pues se publican a año vencido, el patronato de la Fundación Elías de Tejada pensó que un anuario podría completar la labor que Verbo, la revista de la Fundación Speiro, llevaba haciendo desde hacía más de treinta años. Completarla en el sentido de dar a la estampa textos que excedían el registro razonable para la formación cívica y acción cultural según el derecho natural y cristiano, tanto a veces por la extensión, como por la lengua como incluso por el tema. Así se empezaron a publicar contribuciones en lenguas distintas del castellano (además de éste) y de matriz estrictamente académica. Eso no obsta a que también vieran la luz en sus páginas notas más breves, acordes a la finalidad de la fundación promotora de difundir el pensamiento tradicional hispánico. Cualquiera que repase sus volúmenes, y están disponibles en el sitio web de la Fundación Elías de Tejada, podrá ver la riqueza de su contenido, la calidad de sus textos y el prestigio de sus autores o la valía de otros que están abriéndose camino. Pero hay que seguir adelante…

En esta edición se ofrecen ocho artículos y unos obituarios finales.

Un joven filósofo y jurista navarro, Javier Díaz Perfecto, se ocupa de la crítica del padre Santiago Ramírez, de la Orden de Predicadores, una de las cumbres del tomismo del siglo XX, al ideólogo francés Jacques Maritain, a propósito de la que denominó su filosofía moral adecuada. Sigue otro en que un autor consagrado, Juan Fernando Segovia, investigador jubilado del CONICET y director del Centro de Estudios Históricos del Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II, se las ve con asunto tan complejo como el del «sentido de la historia», a través del libro de igual título de Karl Löwith, lo que le lleva a abordar el problema del protestantismo, la secularización y la escatología política judía. El investigador italiano residente en París, Francesco Biuso, trata de la división de la tierra, la justicia, la ley y las instituciones jurídicas en el seno de la res publica christiana. El título es metafórico: simile est regnum caelorum thesauro abscondito in agro.

Sigue, en cuarto lugar, un trabajo de Miguel Ayuso sobre la relación entre Gonzalo Fernández de la Mora, de cuyo nacimiento se ha cumplido un siglo, y el tradicionalismo. Destinado a la revista fundada por el homenajeado, ha parecido oportuno al consejo de redacción, al igual que hace dos años con otro semejante sobre la obra de Dalmacio Negro, recogerlo también en estos Anales. El joven estudioso peruano de la Universidad César Vallejo, de Moyobamba, Ángel Salas, se interna en una biografía intelectual del tratadista suizo van Haller. El incansable Gianadrea de Antonellis, de la Universitas Mercatorum de Roma, dedica unas páginas a caracterizar al napolitano Carlo Alianello como escritor católico. Sigue un estudio de gran relieve del finísimo publicista Félix María Martín Antoniano sobre la pastoral político-diplomática de los papas preconciliares en relación con los poderes revolucionarios y con los católicos españoles, que sorprenderá a quienes no han comprendido algunas de las debilidades de la política eclesiástica antiliberal (ma non troppo) de los papas del XIX y primeros decenios del XX. Finalmente, el historiador Maurizio Di Giovine continúa su repaso de la tercera guerra carlista en la prensa católica italiana y, en concreto, de Il Divin Salvatore.

Los obituarios en esta ocasión son seis. Y de distinto tipo. Una personalidad política del carlismo contemporáneo; un representante singular del mundo (con todas sus limitaciones) contrarrevolucionario italiano; el discípulo predilecto de Elías de Tejada en una primera fase de su trayectoria; un político y escritor colombiano liberal-conservador; el mayor filósofo chileno actual, y un notable historiador español de las ideas políticas. Las seis corren a cargo del director de esta publicación. Y los matices que se encuentran en cada uno nos sirven para aquilatar su proximidad a nuestra obra.

Agencia FARO

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