
Correspondiendo a la invitación hecha a través de La Esperanza, este pasado domingo 10 de febrero, y después de cumplir con el precepto dominical, acudimos en familia al Museo Mural Diego Rivera para presenciar la exposición: SOBRE LOS HUESOS DE CUAUHTÉMOC Y DE HERNÁN CORTÉS, y apreciar en persona la obra del maestro Augusto Ferrer-Dalmau, titulada: «La entrada de Hernán Cortés en México». En honor a la ascendencia Carlista del maestro —como sobrino bisnieto don Melchor Ferrer Dalmau, autor de la extensa obra «Historia del Tradicionalismo Español»—, y recordando que fue el mismo maestro Augusto Ferrer-Dalmau quien dedico una serie propia en homenaje a los «Herederos del Carlismo en su 175 Aniversario. Madrid, 27-28 de Septiembre de 2008», decidimos que era muy apropiado acudir a la exposición ataviados de boinas coloradas y blancas.
Como primera observación, cabe mencionar que la pintura del maestro Ferrer-Dalmau fue situada justo en la pared contraria a la entrada, de tal manera que cuando se entraba a la sala de exposición, tanto por su dimensión como por sus colores vibrantes, este panorama permitía que la contemplación del visitante se cautivara por la selecta obra del pintor catalán. Como segunda observación, cabe resaltar algunas de las otras obras históricas que se encontraban en la exposición, y que plasmaban momentos claves en la historia de la Conquista de México-Tenochtitlán por parte de don Hernán Cortés, y su ejército hispano-indiano. De particular importancia se encontraba un lienzo titulado: «Cortés destruye a los ídolos», obra que sería bueno presentar al clero local, pues en su manía de «actos interreligiosos«, pareciera que buscan devolver esa idolatría que fue destruida por las mismas manos de don Hernán, para posteriormente ser desterrada del orden público.
Como familia carlista mejicana del Círculo Celedonio de Jarauta, fue una gran satisfacción poder presentar la obra del maestro Ferrer-Dalmau a nuestros hijos, y esto dentro de un museo público. Así desde una temprana edad se les pueda ir formando en nuestra auténtica historia patria, que en el caso de la Nueva España —como también en los demás territorios de la América española—, es una historia donde su Conquista y fundación se realizó conjuntamente entre el español y el indio, adorando a un mismo Dios, y en lealtad al mismo rey. Pues es esto lo que en parte demuestra la pintura de la entrada de Hernán Cortés a la ciudad de México-Tenochtitlán acompañado de un ejercito compuesto de españoles, pero también de un gran número de pueblos indios aliados.
Dios quiera que las obras del gran maestro español se continúen difundiendo por toda Hispanoamérica, tierra fundada bajo la Cristianitas minor, es decir, la hispánica, y que como tal, dicho hito histórico ha sido el objeto de algunas magníficas obras del maestro Augusto Ferrer-Dalmau, siendo la presenciada en esta ocasión, muestra de ello.
Agencia FARO, Familia Avilés Barrón.
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