Neo-marxismo y gran capital (y II)

AP, M. Ugarte

Para colmo, un buen día nos despertamos con que el Vaticano ha creado un Consejo para el capitalismo inclusivo. En realidad, no es sino la puesta en práctica de los principios personalistas, mundanos y pseudo-paganos de la nueva economía que se proponen últimamente desde las altas esferas vaticanas. Para colmo, en ese Consejo participa gran parte de la Beautiful People que protagoniza el sistema descrito anteriormente, con nombres incluso vinculados a enemigos históricos y declarados de la Iglesia (caso de los Rothschild y su red).

Me repulsan las elucubraciones y el sensacionalismo, pero creo honesto decir que el rumbo que ha tomado el Vaticano en este aspecto estremece. Sea como sea, éste no es sino otro ejemplo claro de cómo ciertos valores (ecología, fraternidad, solidaridad –obviando, claro está, toda referencia al Dios verdadero–), que eran asociados tradicionalmente a la izquierda sociológica o a la masonería, son promovidos por el gran capital trasnacional.

Muchos tenemos la sensación de estar en caída libre. Ahora mismo, siendo realistas, no hay dique de contención que pueda oponerse con un mínimo de solvencia ante este tsunami del capitalismo global, que ya no se molesta en esconder sus oscuras alianzas con el mundo global-progresista. Porque al final, el progresismo y todas sus derivaciones, son mercado. No hemos de olvidar que el socialismo pone la basura en las mentes, a la vez que el capitalismo la pone en el mercado, bajo el pretexto de las leyes de oferta y demanda. Son aliados funcionales y cada vez más lo son también a nivel de principios. Al final son, ambas, formas de liberalismo. Denigrar a uno callando ante la perversidad del otro, es perder la batalla antes de comenzarla.

Javier de Miguel, Círculo Ntra. Sra. de los Desamparados