Medicina cubana

ACN, A. Ley

En vísperas de la Natividad del pasado año 2020, a Panamá llegaron 220 miembros del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias: la misión Henry Reeve procedente de Cuba. El motivo de la llegada de esta delegación sería prestar apoyo al sistema de salud de Panamá para evitar un temido colapso del mismo. Panamá pagará medio millón de dólares cada mes al régimen de Castro por contratar al personal cubano.

Sin embargo, ya se han dado repetidas protestas por parte del personal sanitario. Exigen que se les brinden insumos y equipo para atender pacientes, además de que se les paguen sus salarios. Muchos médicos llevan más de cinco o seis meses sin cobrar. Y muchos nuevos galenos, recién graduados y capacitados para realizar la profesión, no han recibido idoneidad, o no han sido seleccionados como parte del personal médico que atiende pacientes afectados por el nuevo coronavirus.

Entonces, ¿por qué el gobierno panameño le da una bofetada en la cara a sus propios galenos, abriendo las puertas a «médicos cubanos»? El régimen castrista ha usado este tipo de misiones como estrategia propagandística. Publicitan la medicina como una de sus principales fortalezas, símbolo de la solidaridad que tanto pregona el socialismo. Cuba, la «superpotencia médica». La medicina cubana, gracias a la propaganda, es reconocida como una de las mejores del mundo.

Los testimonios son abundantes e indignantes. La realidad es que, en la propia Cuba, los estudiantes de medicina y otras carreras son sancionados y hasta expulsados si rechazan los ideales de la revolución cubana. Y los médicos cubanos cobran un equivalente de hasta 40 dólares americanos al mes. La calidad del servicio médico es selectiva, en favor de turistas y administradores del gobierno cubano, y en las farmacias casi siempre hay escasez.

Muchos médicos, con esperanzas de una mayor paga, acceden a participar de misiones como la Henry Reeve. Aquí vemos los aspectos más alarmantes de esta pieza de la propaganda castrista. Aparte de las condiciones infrahumanas, los cubanos son llevados a los barrios populares, donde también son obligados a hacer politiquería castrochavista. En Venezuela, los médicos cubanos influenciaron elecciones y escogían pacientes que expresaran verbalmente haber votado por el gobierno chavista.

También le decían a sus pacientes que gracias a Hugo Chávez, Nicolás Maduro, y Raúl Castro, ellos tienen acceso a medicina gratuita. Lo cual es una mentira, porque los gobiernos hospederos pagan al régimen castrista para recibir a las misiones. Para dichas misiones, a los médicos les imponen cuotas mínimas que, para poder cumplir, en algunos casos inventan pacientes, lo cual representa una verdadera estafa para los países que acogieron estos programas.

Bajo el pretexto de la emergencia sanitaria que enfrentamos, al recibir a estos agentes, porque a estas alturas no me animo a llamarles médicos, ¿a qué nos arriesgamos? Aparte de la asesoría que este personal puede hacer al gobierno, que llevaría a medidas más invasivas, sabemos que el actual partido gobernante en Panamá tiene afiliación a la Internacional Socialista y al Foro de São Paulo. El gobierno panameño también tiene afinidades duraderas tanto con el gobierno venezolano como con el cubano. No sería de sorprender que el Partido Revolucionario Democrático quiera dirigir la opinión pública panameña, liberal, pero más caracterizada por un persistente carpe diem, hacia la ideología socialista.


Paolo Emilio Regno, Círculo Tradicionalista Nuestra Señora de la Asunción de Panamá