Los gastos en defensa de Marruecos y de España

el Gobierno español considera que el gasto en defensa es un mal menor evitable

Es de actualidad el incremento del gasto en defensa, pero no por considerarse que vivamos en una situación de amenaza con Marruecos, nuestro enemigo natural actual, sino por necesidades impuestas por terceros ante un supuesto ataque de Rusia a las Hurdes, por poner un ejemplo. Pero, ¿cómo es nuestro silencioso e ignorado vecino?

Diferencias de presupuestos

España destinó 17.594 millones de euros al Ministerio de Defensa para 2025, tras recibir varias transferencias extraordinarias que elevaron su crédito inicial de 14058 millones de euros. En 2024 España gastó 22.270 millones de dólares en defensa, equivalente al 1,28 % de su PIB, y se ha comprometido a alcanzar el 2 % antes de 2029 según exigencias de la OTAN.

Mientras, Marruecos aprobó un presupuesto de defensa de 13.400 millones de dólares para 2025, un aumento sobre los del año anterior, con incentivos fiscales para el sector militar nacional.

En cuanto a efectivos, las diferencias también son notables. España cuenta con 144.285 efectivos en las Fuerzas Armadas (130.780 en activo y 13.505 en reserva) a cierre de 2022, pero incluyendo Guardia Civil y otros cuerpos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, se eleva su plantilla total a aproximadamente 226.000 miembros.

Marruecos dispone de unos 215.000 soldados (195.000 profesionales y 2.0000 conscriptos), con 150.000 reservistas adicionales en situaciones de guerra, y suma 24.000 gendarmes y 30.000 fuerzas auxiliares bajo mando del Ministerio del Interior.

Comparación de la capacidad armamentística

Fuerzas Terrestres

España opera unos 317 tanques de combate y más de 32.000 vehículos blindados, incluyendo Leopard 2E y los VCR 8×8 «Dragón». Y Marruecos alrededor de 818 carros de combate principales y 196 ligeros (222 M1A1SA, 162 M1A2 SEPv3, 220 M60A1, 120 M60A3, 40 T 72B, 54 VT 1, 111 SK 105 y 80 AMX 10RC) y posee 565 piezas de artillería autopropulsada frente a 96 españolas.

Fuerza Aérea

España dispone de 461 aeronaves en total, de las cuales 137 son cazas de combate, 153 helicópteros y 8 aviones de misión especial. Por el contrario, Marruecos opera unas 255 aeronaves, con 83 cazas (principalmente F 16C/D Block 52+), y ha comenzado en marzo de 2025 a recibir los primeros 6 AH 64E Apache de un pedido de 24 unidades.

Fuerza Naval

España posee 152 buques de guerra, entre ellos el portaaviones Juan Carlos I y 2 submarinos, lo que le sitúa en el puesto 21 mundial. Marruecos, en cambio, no tiene portaaviones ni submarinos, y basa su flota en patrulleras y OPV para defensa costera sin capacidad estratégica de gran tonelaje.

El futuro

España impulsa el programa de fragatas F 110 y tres submarinos de la clase S 80, evalúa el FCAS/NGWS para su fuerza aérea, y dedica más de 1000 millones de euros anuales al fondo FORES para I+D en sistemas de mando (MC3), radio táctica (SCRT) y vehículos de próxima generación; además, ha reservado 820 millones de euros para adquirir ocho MH 60R y 220 millones de euros para iniciar la renovación de sus cazas y AV 8B. Pero Marruecos no se queda atrás, avanzando en la producción nacional de blindados WhAP 8×8 en colaboración con Tata, creó la filial Atlas Defense para drones Bayraktar, y ha adquirido lanzadores PULS, HIMARS, sistemas HQ 9 chinos y más de 24 Apache AH 64E para reforzar su defensa aérea y de proyección.

Cooperación Internacional y Despliegues

España contribuye con tropas y mando al Eurocuerpo, lidera contingentes en el Líbano (UNIFIL) y participa en misiones de la OTAN y de mantenimiento de paz de la ONU en Mali, Líbano y el Sahel.

Marruecos colabora en misiones de la ONU en el Sahara Occidental (MINURSO) y en varios países africanos, y realiza ejercicios conjuntos con fuerzas de la UE y EE. UU. para entrenar operaciones anfibias y de contrainsurgencia.

Perspectivas

España afronta el reto de aumentar su gasto al 2 % del PIB en un contexto de debate político interno y necesidades socioeconómicas, además de consolidar su industria de defensa frente a la competencia europea y transatlántica; mientras que Marruecos debe gestionar tensiones en el Sahara Occidental, diversificar sus fuentes de suministro para reducir dependencia exterior y asegurar la retención de personal cualificado ante una demografía cambiante.

Podría hacerse un balance político: mientras Marruecos aumenta su velocidad armamentística, el Gobierno español considera que el gasto en defensa es un mal menor evitable.

Agencia FARO/R. Gómez Bastida

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