
Simón de Monfort es el nom de guerre con que el militar Juan Manuel Soria (Valencia, 1970), autor de «Cruzado contra el N.O.M. Del Oriente Medio a la estepa rusa» (Ediciones Fides, 2023), se ha enfrentado a la barbarie evocando al célebre cruzado francés que combatió la herejía cátara en los albores del siglo XIII. Veterano voluntario de la guerra contra el Estado Islámico en Siria e Irak, nuestro entrevistado también ha empuñado las armas junto a los rusos contra una Kiev patrocinada por los mismos que han aupado al poder a los yihadistas en Damasco. Sobre sus experiencias y peripecias nos habla en exclusiva para los lectores de La Esperanza.
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Antes de comenzar, vuelvo a agradecerle su atención y tiempo. La primera pregunta es obligada: ¿Cómo nació su vocación militar?
Vengo de una familia de militares por parte de madre. Mi abuelo fue capitán del ejército y su padre fue comandante. Ambos lucharon en el bando republicano durante la guerra de 1936. Pero llevo en la sangre su casta guerrera y castrense. Desde que era pequeño la milicia ha sido mi vocación. Me alisté en el GOE III (Grupo de Operaciones Especiales) a los 17 años y llegué a Cabo 1° en dicha unidad.
¿Cómo se concretó, ya dentro de la milicia, su compromiso personal frente al Nuevo Orden Mundial? ¿Cómo fue ese proceso?
Mi compromiso militante me llevó pronto a dilucidar los principios por los que luchar y quiénes son los enemigos de tales principios. La hegemonía liberal capitalista y sus brazos armados, la anglosfera y el sionismo con su neocolonialismo depredador, son el enemigo a batir.
Muchas veces le hemos escuchado en sus vídeos saludos de «paz y bien» y, no pocas veces, referencias a Cristo Rey. ¿Qué significan para usted?
«Paz y bien» es un saludo de inspiración franciscana. San Francisco, siendo adalid de la paz, hablaba de la licitud del empleo de las armas y la violencia bajo tres condiciones legítimas: cuando se emplean en defensa de la fe, de la patria o de la justicia. Por otro lado, todo cristiano tiene el deber de trabajar por la instauración del reinado social de Nuestro Señor. El hombre ha abandonado su meta trascendente y espiritual por el sometimiento a los enemigos del alma: el mundo, el demonio y la carne.
Ha estado en varios frentes, así que nos podrá explicar las diferencias y semejanzas (si es que las hay) entre el combate en Siria y en Ucrania.
Tanto en Oriente Medio como en Ucrania, aunque las fuerzas «proxi» o soldados sobre el terreno son diferentes, quienes los alientan son los mismos. La mano negra que mece ambos conflictos es la misma, y no es otra que la de las oligarquías financieras y liberales que tratan de someter a naciones y líderes contestatarios o rebeldes con sus directrices. Hay diferencias en las formas y en las tácticas, pero obedecen a los mismos intereses.
Hemos leído en su último libro, «Cruzado contra el N.O.M.» (Ediciones Fides, 2023), cómo llegó hasta Rusia en moto. Cuenta que la primera parada que hizo fue para visitar al Rvdo. Sr. D. José Ramón García Gallardo (Capellán Real de S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón y Consiliario de las Juventudes Tradicionalistas), con quien le une una entrañable amistad desde hace tiempo. ¿Cómo se conocieron?
Yo soy feligrés de la HSSPX desde hace años y creo que hay que defender la tradición cristiana y resistir contra la infiltración modernista en la Iglesia. El padre José Ramón es mi amigo y confesor, le tengo un gran aprecio y le estoy muy agradecido. Hacen falta muchos sacerdotes valientes y comprometidos como él en España y en el mundo.
De los frentes en los que ha estado, ¿qué momentos fueron los más duros y cuáles los más gratificantes?
Lo más duro moralmente siempre es la lejanía de familia y amigos. Los momentos más difíciles son aquellos en que, en el fragor de la batalla, ves caer a tu lado a camaradas cercanos. En diez años de guerra han sido muchos los momentos en que la salida parecía imposible. La toma de Raqa, cercados durante días por los islamistas; el asalto a Der Azor, donde caí gravemente herido y mutilado por la misma explosión que mató a mi amigo, que yacía junto a mí; los asaltos en Ucrania con tantísimas bajas a mi alrededor… Un momento especialmente duro lo viví cuando fui hecho prisionero por mi propio bando y acabé hospitalizado por un derrame cerebral causado por la contundencia de la detención. Pero en cada uno de todos esos momentos he sentido esa «ayuda» extraordinaria para salir airoso. Sin duda las oraciones han sido imprescindibles. Desde aquí renuevo mi agradecimiento al padre José Ramón y a los feligreses que han rezado constantemente por nosotros. Y, por supuesto, a mis ángeles custodios, a los que tanto trabajo he dado. En fin, han sido muchos y muy duros momentos. Pero también grandes e inolvidables experiencias de camaradería, sentido de vida y trascendencia.
Rusia tiene su capital y su núcleo histórico en Europa entendida en su sentido geográfico. ¿Cuáles son los elementos o aspectos que comparten Rusia y España?
En España no somos conscientes del aprecio que el pueblo ruso tiene a nuestra historia y nuestra cultura. El Quijote es lectura obligada en los colegios rusos y el prestigio de nuestros militares está muy presente a día de hoy. Rusia es geográficamente Europa y mantiene vocación occidental en el mejor sentido del término, a pesar de que el Occidente decadente de hoy le dé la espalda.
¿Qué cree que no debería perderse un español que viaje a Rusia, más allá de la visita turística? ¿Qué le resultaría más sorprendente?
La espiritualidad del pueblo ruso y las iglesias, monasterios y catedrales impresionan a cualquier cristiano, salvando la distancia del cisma entre oriente y occidente. Su pervivencia a pesar de la persecución del régimen soviético demuestra que al final el liberalismo ha hecho mayor daño a la religión que el comunismo. El liberalismo ha corrompido incluso a gran parte de la jerarquía eclesiástica, mientras que el comunismo ha sembrado la semilla del martirio. Hoy en día Rusia ya no es el paradigma comunista de antaño, como algunos creen. Fue el mismo Putin quien solicitó al Vaticano reiteradas veces que consagrara Rusia a la Virgen según pidió Nuestra Señora en Fátima. Antes se rezaba «por las intenciones del Papa y la conversión de Rusia». Si la cosa sigue así, quién sabe si no tendremos que invertir las peticiones.
¿Qué impresión se llevó de su estancia en Moscú?
Moscú es una ciudad impresionante y creo que le espera un protagonismo providencial en la historia inmediata. Europa ha renegado de Dios y su misión evangelizadora, mientras que Rusia está abanderando la disidencia contra su decadencia y la defensa de la tradición en todos los aspectos.
¿Cómo ve la situación en España?
España hace siglos que ha sido derrotada por sus enemigos externos e internos. Somos títeres de intereses ajenos a los nuestros. La misma jerarquía eclesiástica colabora en nuestra degeneración. Los españoles debemos luchar por volver a ser el brazo de la Cristiandad en el mundo y retomar la misión sagrada que un día abanderamos, pero para ello primero debemos convertirnos los propios españoles y retomar el camino de la Cruz.
Ya hemos comentado que conoce al Rvdo. Sr. D. José Ramón García Gallardo, de la HSSPX. ¿Dónde se conocieron por primera vez?
Fue en Marruecos, donde yo colaboraba con las visitas de la HSSPX recibiendo a los sacerdotes que asistían a los feligreses católicos. Allí conocí al padre José Ramón. Fue una labor maravillosa de apostolado, asistiendo a los sacerdotes en los oficios del Convento Carmelita, la Iglesia Santa Juana de Arco e incluso la Catedral. Se bautizaban muchos subsaharianos y se celebraban Misas inéditas en los guetos de inmigrantes clandestinos. Fueron momentos muy especiales. Esos hombres y mujeres tenían más sed de Dios que nadie que yo haya visto y la Iglesia modernista, que se ha convertido en una ONG, cuando no en la mano de obra barata del Ministerio de Cooperación español, ha renunciado a la labor espiritual para ceñirse a la simple gestión de ayudas y programas sociales.
Volviendo al objeto de su libro, ¿cómo definiría el NOM?
El Nuevo Orden Mundial no es un invento «conspiranoico», es la realidad de la hegemonía mundial del liberalismo imperante, en la que el individuo y el dinero se han erigido en los nuevos becerros de oro. Las oligarquías financieras se han hecho con el poder de las naciones corrompiendo líderes y manipulando conciencias. No hay soberanía, ni Orden natural que valga y sus tentáculos abarcan los poderes políticos, financieros y mediáticos y atacan principios fundamentales como la familia, la tradición y la espiritualidad.
¿Podría darnos su visión de los conflictos armados actuales?
Detrás de todos los conflictos actuales, y desde hace más de 50 años, están los mismos intereses. Desde Ucrania a Oriente Medio. Es el mundo unipolar que trata de imponer al orbe su modelo de sociedad a sangre y fuego. Nuestro enemigo más poderoso es el que ostenta actualmente la hegemonía y contra él debemos unirnos todos los disidentes. La tiranía impuesta por el totalitarismo liberal sólo puede ser frenada en un mundo multipolar con diferentes actores. Pero requiere oración, pensamiento y acción.

Muchos somos los que le hemos seguido sus crónicas del frente, en primera persona, y hemos podido comprobar un gran compañerismo, e incluso, podríamos afirmar un verdadero equipo, con Andriuja. ¿Cómo ha surgido esa amistad?
Andrés es un joven maño de un carisma muy especial. Por ser de un pueblo del interior de Teruel de apenas 7 habitantes ha crecido lejos de la podredumbre impuesta y es espiritualmente un tradicionalista. Soy consciente de que los «tradicionalistas» debemos ser «antirrevolucionarios», pero hoy que ganan los enemigos y apenas hay nada que conservar, debemos revolver la situación. Andrés se ha convertido, además, casi en un hijo. Compartimos fe, ideales y compromiso de lucha. ¿Qué más se puede pedir?
¿Qué recomendaría a otros jóvenes que, posiblemente, desean unirse contra este Nuevo Orden Mundial?
La acción sin una formación es simple agitación. Lo principal es saber la razón por la que luchamos, que no es otra que la salvación del alma, la nuestra y la de nuestros prójimos. Los ámbitos en que se puede luchar son de lo más variados: en la familia, en colegios o universidades, en los puestos de trabajo, en las parroquias… siendo ejemplo de compromiso, honestidad y sacrificio.
Sus libros son ya indispensables para comprender la actualidad en toda estantería que se precie pero, ¿qué podría resaltar de ellos para aquello potenciales -y reticentes- compradores?
Ante todo quiero manifestar que no soy un intelectual. Soy un simple soldado comprometido con la defensa de mis convicciones. El valor de mis obras, si lo tiene, creo modestamente que es el de la coherencia. Que nadie espere la calidad literaria de un erudito. Pero sí garantizo que mis libros están escritos desde la experiencia vivida. Espero que puedan ser un instrumento para incitar a la reflexión desde una perspectiva distinta de la hegemónica.
Muchas gracias y un fuerte abrazo en Cristo Rey.
Roberto Gómez Bastida, Círculo Tradicionalista de Baeza
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