
La mañana del sábado 26 de abril, el Círculo Tradicionalista Leandro Castilla en Arequipa celebró la tercera sesión del curso «Realismo, realismo y realismo», que reunió a nueve asistentes perseverantes en la formación espiritual e intelectual inspirada en la tradición católica e hispánica. La charla fue dirigida por Javier Gutiérrez Fernández-Cuervo, quien dedicó la sesión a desarrollar el ideal del caballero cristiano como respuesta viva a las crisis antropológicas y políticas de la modernidad.
Lejos de una mera referencia histórica o estética, el modelo del caballero fue presentado como una figura vigente: encarnación del orden clásico -belleza, proporción, virtud, y a la vez, de la caridad y militancia cristiana, que redime y perfecciona la antigua nobleza. Frente al hombre moderno deconstruido, desvinculado de su naturaleza y de su fin, el caballero cristiano representa una síntesis fecunda entre el alma romana y el alma cristiana, entre la valentía y la contemplación, entre la physis y la gracia.
Este ideal no se agota en lo masculino. El ponente también reflexionó sobre la figura de la mujer cristiana, no como complemento débil o subsidiario, sino como columna de la civilización cristiana: madre, esposa, educadora y transmisora de la fe. Lejos de la caricatura liberal que reduce su dignidad al activismo político o al mercado laboral, la mujer cristiana aparece como centro invisible del orden, cuya firmeza interior sostiene la vida doméstica, la tradición y la esperanza.
La segunda parte de la sesión giró en torno a la noción de sociedad para la virtud, abordando el orden político desde los conceptos de potestas y auctoritas. Gutiérrez explicó que toda sociedad verdaderamente humana exige jerarquía, no como imposición arbitraria, sino como reconocimiento de una desigualdad natural en función del servicio y la sabiduría. En este sentido, se hizo memoria del orden hispánico foral y monárquico, donde la autoridad nacía del arraigo, del honor y del respeto mutuo entre cuerpos intermedios, y no de la mera voluntad o imposición legal.
Se destacó cómo en el alma de los pueblos cristianos especialmente en la tradición hispánica-subsiste aún, aunque adormecida, esa conciencia jerárquica, orgánica y espiritual que rechaza tanto la tiranía como la anarquía. La auctoritas se vive como irradiación moral, como vínculo de fidelidad, mientras que la potestas sin ella degenera en administración sin alma.
La jornada concluyó con una ronda de intervenciones, donde se discutieron los desafíos actuales para revivir este ideal frente al igualitarismo corrosivo y la tecnocracia impersonal. Se reafirmó que el combate no es únicamente cultural o político , sino profundamente espiritual: formar hombres y mujeres capaces de resistir en sus almas el colapso del mundo moderno.
Joaquín Alonso Soto Rojas, Círculo Tradicionalista Leandro de Castilla
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