El martes 10 de junio los departamentos de Cauca y Valle del Cauca fueron víctimas de una nueva serie de atentados terroristas llevados a cabo en varios de sus municipios.
En el Cauca, la Fuerza Pública fue atacada con granadas en Buenos Aires y Timbiquí, donde varios miembros de la Armada Nacional resultaron heridos; mientras que en Patía, Corinto y Villarrica explotaron carros bomba. Asimismo, se reporta que en Toribío, Caloto, Morales, Caldono y Corinto hubo enfrentamientos entre el Ejército Nacional y los insurgentes. Hasta el momento dos policías han muerto por los ataques en este departamento.
En el Valle del Cauca hubo explosiones en un comando de atención inmediata (CAI) de la Policía en el puerto de Buenaventura, así como en tres estaciones de policía de Santiago de Cali, en donde se realizaron cierres preventivos en varias calles de la ciudad. También se encontraron cilindros con mensajes alusivos a las FARC en las vías que de Cali conducen a Palmira, a Jamundí y a Andalucía. Los primeros informes indican la muerte de dos personas en la capital del departamento y de otras dos en un corregimiento de Jamundí.
Una vez más las así llamadas disidencias de las FARC se aprovechan de la debilidad, la cobardía y la ineptitud del gobierno progresista de Gustavo Petro, generando terror en el corazón de la tercera ciudad más importante del país y en varios municipios cercanos. Y es que esta nueva oleada de violencia ocurre apenas un día antes de la visita que tenía programada el jefe de Estado a Cali.
Agencia FARO, Colombia.
Deje el primer comentario