Centenario de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia

La madre Nazaria propagó su congregación en otros lugares de Bolivia y también en Argentina, Uruguay y España

Santa Nazaria Ignacia March Mesa

Este 16 de junio, se cumplen 100 años de la fundación del Instituto de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia (M. C. I.), por iniciativa de santa Nazaria Ignacia March (1889-1943). Esta religiosa española dedicó alma, vida y corazón al apostolado en Bolivia. Lamentablemente, las instituciones del Estado boliviano prefieren idolatrar a los caudillos ociosos del panteón del zurdaje en lugar de celebrar a las verdaderas personalidades que hicieron mucho por los pobres.

Nacida en Madrid, santa Nazaria decidió su vocación cuando conoció a la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, habiendo llegado a México junto a su familia en busca de mejores oportunidades. Volvió a España para empezar con el noviciado en aquel instituto, y tras profesar votos, la enviaron como misionera a la región de Oruro en el altiplano boliviano, junto a 9 compañeras suyas. La hermana Nazaria recorría diferentes poblados de la zona con el fin de pedir limosna para los ancianos.

Ya para 1920, practicando los ejercicios espirituales de san Ignacio, Nazaria sintió el llamado para fundar una nueva congregación cuyo estandarte sea la cruz. Es así que, luego de guardar paciencia y ejercer diligencias con ese fin, logra fundar la Congregación de Misioneras de la Cruzada Pontificia el 16 de junio de 1925.

La iniciativa resultó aprobada por autoridades eclesiásticas regionales, como don Abel Antezana (obispo de Oruro), don Augusto Sieffert (obispo de La Paz) y don Filippo Cortesi (internuncio apostólico en Bolivia). Dos años más tarde, un 12 de febrero, el instituto religioso obtuvo la erección canónica.

La madre Nazaria decía: «Quiero levantar a Bolivia de su postración, no quiero solo pan para sus pobres, ni repartir limosnas que se recogen de la caridad, sino elevar la dignidad de este pueblo, enseñándole a trabajar, procurándole trabajo digno, haciéndole sentir que en las manos de todos, y de cada uno, está el participar de la belleza, de la armonía, la dulzura y la felicidad de sentirse hijo de Dios». Para rabia de los comunistas y católicos «progresistas», no se trata de una predecesora de la teología de la liberación que busca repartir todo gratis a punta de pistola, como los heréticos curas guerrilleros, sino fomentar el trabajo honesto y la verdadera caridad.

Las cruzadas, de espiritualidad ignaciana, ejercen desde entonces su actividad misionera evangelizando las zonas rurales y barrios alejados de las ciudades. También colaboran en otras áreas donde las parroquias locales las requieren; por ejemplo, pastoral penitenciaria, educativa y sanitaria.

En 1927, las primeras religiosas de la congregación profesaron votos, y para 1931, escogieron a Nazaria como superiora general. La madre Nazaria propagó su congregación en otros lugares de Bolivia y también en Argentina, Uruguay y España. Actualmente, el instituto tiene presencia en 21 países de 4 continentes.

Pero aun hay más: para mayor rabia de los comunistas, la madre Nazaria fundó el 1.º sindicato femenino de Bolivia en 1933, con el nombre de «Sindicato Católico de Mujeres Trabajadoras del Hogar». Esta organización congregaba a amas de casa y campesinas que llegaban a la ciudad de Oruro, así como también a comerciantes de los mercados. Esto sucedió una década antes de que empezaran su matufia las organizaciones bolivianas hoy cooptadas por el marxismo ateo y apóstata, y que alardean de ser campeonas de la solidaridad.

Un año después de fallecer la madre Ignacia, en 1944, la Iglesia aprobó la constitución definitiva de su congregación, con el nombre de Misioneras Cruzadas de la Iglesia. Quiera Dios que el sacrificio de esta santa nos inspire a obrar más por implementar la Doctrina Social de la Iglesia, sin depender de la perfidia liberal ni de la bala comunista.

Aarón Mariscal, Círculo Tradicionalista San Juan Bautista.

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