ESPAÑA, MADRID- Los premios recientemente entregados hace unos días en Madrid por el Ministro de Agricultura Sostenibles por Naturaleza (UPA-Syngenta) han galardonado y con todo merecimiento a varias señoras (3) y señores (4) artífices de nuestro ámbito agroganadero, buena parte extensivo. Al final se han elegido 7 entre 70 candidaturas, muy reñidas por su excelencia y buen hacer.
Todas destacan por su intento de volver a considerar medidas equilibradas de aprovechamiento racional de recursos y que no son nuevas. Al contrario, muchas forman parte del acervo común y natural hispano.
Vamos a destacar a las tres campeonas, mujeres resolutivas y de armas tomar, como se dice habitualmente. Y es que las mujeres en el mundo rural en España han jugado un papel estratégico y más que principal, siendo las depositarias de todo un bagaje integral de la sociedad tradicional, de la cultura y los conocimientos, técnicas y de la misma lengua materna, trabajando y dirigiendo las tareas con sabiduría y bondad. Nos satisface que se resalten y aprecien muchas de las actividades tradicionales que, aunque utilizando expresiones como respeto a la biodiversidad, a los suelos y al agua (reduciendo pérdidas), fomento de razas autóctonas, etc, se han incluido desde antiguo en las medidas de ordenación natural del territorio.
Nos cabe el orgullo de resaltar a nuestra paisana de Palencia Nazareth Mateos, de la preciosa localidad de Fuentes de Nava, junto a la Laguna de la Nava. La palentina ha conseguido el Premio Especial del Jurado por su explotación ecológica Entresetas, dedicada al cultivo y comercialización de exquisitas setas con procedimientos naturales y respetuosos, evitando los venenos usuales en la agricultura intensiva.
En segundo lugar está la premiada y ejemplar ganadera María Pía Sánchez, de Extremadura, que ha regresado de la banca a las históricas, ecológicas y mesteñas dehesas, donde acertadamente dirige varias asociaciones. Resaltamos su incesante y resolutivo trabajo en promover el ganado extensivo tradicional (como sus preciosas y ancestrales ovejas merinas negras).
Pero destaco el muy merecido galardón a la simpar y apoteósica ganadera de la Montaña de Soba, Marta García Martínez, por su ejemplo y acendrado entusiasmo al sacar adelante las vacas autóctonas de su maravillosa tierra. Me recuerda a mis antepasadas guerrilleras, por su sinceridad y valentía ante decisiones injustas para el mundo ganadero, como puede verse en sus recientes apariciones públicas en el tema del descontrol del lobo.
La ganadería extensiva, pieza tradicional estratégica, es uno de los puntales de sostenibilidad, de conservación de la flora y de la fauna, de los recursos hídricos y forestales. Así como es un elemento clave de la lucha eficaz contra la erosión, los incendios forestales y otros graves problemas ambientales.
Y es que resaltamos el estratégico papel en la sociedad tradicional rural, algo que fue perseguido hace ya muchos años por las indignantes desamortizaciones de montañas y comarcas enteras o la confiscación de cañadas y tierras comunales por parte de los mal llamados «gobiernos» liberales del siglo XIX.
Como los embates actuales de las perniciosas macrogranjas industriales, las medidas de los Madoz, Mendizábal, Cánovas y demás familia fueron devastadoras y empobrecedoras de los suelos y la flora, pero también de la sociedad rural.
Exponente principal de esto fue la injusta privatización de pastos y montes comunales o la infame abolición de la Mesta y ordenanzas tradicionales. Estas instituciones y costumbres eran ejemplos de conservación ancestral y sostenible del paisaje, cultura y naturaleza de España.
FARO/Círculo Pedro de Balanzátegui de León. J. A. Oria de Rueda y de Salgueiro