El culto a los nuestros (III): religiosos carlistas

El Santo Obispo de Pasto, san Ezequiel Moreno Díaz

De entre las innumerables vocaciones religiosas que han surgido dentro de la Comunión Tradicionalista hay ya algunas carlistas elevadas a los altares.

Santas carlistas son María Micaela del Santísimo Sacramento, virgen, fundadora de las Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, canonizada en 1934 por Pío XI; y la catalana Joaquina de Vedruna, fundadora de la Congregación de las Carmelitas de la Caridad, que por su lealtad a Carlos V padeció destierro en Francia.

Entre los beatificados tenemos a María Soledad Torres Acosta, virgen, fundadora de las Siervas de María, Ministras de los Enfermos junto con don Miguel Martínez y Sanz.

Célebres por su santidad fueron también el carmelita catalán Francisco Palau y Quer, O.C.D., conocido por su celo y por sus profecías, exiliado en Francia durante doce años; don José Mañanet y Vives, fundador y escritor de varias obras de piedad; y Ana María Janer Anglarill, fundadora de las Hermanas de la Sagrada Familia de Urgel.

Un culto ―privado, por supuesto― más restringido se rinde en un pequeño pueblo de Colombia al famoso Cura Santa Cruz, líder de una guerrilla carlista durante la Tercera Guerra. Tras ésta, partió como misionero hacia Jamaica y después hacia Colombia, donde fundó San Ignacio, en honor al santo de Loyola. Allí sus «hijos», como los llamaba, veneran al «padre santo», al Padre Loidi, como lo llaman.

Tal vez el más conocido sea el santo Obispo de Pasto Ezequiel Moreno Díaz, O.A.R, antiliberal y fiel lector de El Siglo Futuro, periódico fundado por Cándido Nocedal, delegado de Don Carlos VII en España; quien en su testamentó mandó que, cuando muriera, se expusiese un cartel grande con la leyenda «El liberalismo es pecado».

Por último, no hay que olvidar a los miles de religiosos martirizados por liberales y rojos entre los siglos XIX y XX, de los que, por conveniencia política, ocultan algunos su adhesión al Carlismo.

FARO/Círculo Tradicionalista Gaspar de Rodas. J. P. Timaná