Los analistas refutan a la OCDE: España sufrirá una fuerte crisis económica tras la pandemia

D. Fernández

Modelo de servicios, crisis demográfica y deuda récord son las debilidades que doblegarán la economía española

ESPAÑA- El último informe de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) coloca a España en cabeza de las expectativas de mejora económica, con un avance del PIB del 5,7% para el presenta año, e incluso un 4,8% para el 2022. Sin embargo, en esta proyección existe un «efecto rebote», ya que se parte de una situación peor.

España no alcanzará los niveles de PIB previos a la pandemia hasta 2023, por lo el crecimiento pronosticado nos situará a niveles de 2019.

Esto explica que, ante la actual caída de 11% del PIB, España logre sobre el papel unas tasas de variación del PIB proporcionales que superan las de países menos perjudicados durante la pandemia, cuya previsión económica, en realidad, es mejor que la española.

EL MODERADO CRECIMIENTO DE LA OCDE DEPENDE DE LA TEMPORADA ESTIVAL

El banco alemán Benrenberg analiza que estas no cifras aseguran un crecimiento moderado para España: «Al igual que otras economías de Europa, España parece preparada para recuperarse con fuerza una vez que se reduzcan las medidas de contención social».

«Pero los riesgos siguen inclinados a la baja a corto plazo», puntualizan. «Si España pierde la crucial temporada turística de verano, por un progreso insuficiente en la lucha contra la pandemia, el crecimiento económico podría decepcionar en 2021».

El Capital Economics llega a ser más pesimista: «incluso si sus previsiones de un fuerte crecimiento en los próximos años son correctas, el nivel del PIB habrá tardado en recuperar su pico anterior al virus más que Italia, Alemania y Francia.

El análisis añade que «además, la pandemia ha puesto de manifiesto las debilidades estructurales que pesarán sobre el crecimiento potencial del PIB a largo plazo».

LAS DEBILIDADES ESTRUCTURALES DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

El Capital Economics advierte de la ralentización de la economía española para las próximas décadas, pese a la estadística de la OCDE: «Prevemos que el crecimiento se ralentice notablemente a medio plazo». A la condición de servicios de la economía española, hay que añadirle: la baja productividad (más horas de trabajo y menos rendimiento), un mercado laboral dual, una fuerza laboral decreciente, un sistema de pensiones muy deficitario.

Sin mencionar una deuda pública de récord y con un crecimiento exponencial: es decir, con una mayor dependencia de la variación de los tipos de interés a la hora de pago de los préstamos. A todo esto se suma la escasa estabilidad política propia del régimen del 78 y la debilidad de su tejido productivo.

Continúan con su análisis, advirtiendo que «la población activa, en general, de España está relativamente poco cualificada. Alrededor de un tercio ha dado por concluida su formación a los 16 años. El uso extendido de contratos temporales perpetúa esta situación, ya que hay pocos incentivos para que las empresas mejoren las habilidades de estos trabajadores, muchos de los cuales solo son contratados por menos de un mes».

ALEMANIA ADVIERTE DE LA CRISIS QUE SE CIERNE SOBRE ESPAÑA

El Deustche Bank realiza una valoración similar de la crisis más profunda que llegará. Las previsiones del Deustche acusan la inflación como elemento que romperá el espejismo de la recuperación.

La agencia de rating alemana Scope Rating concreta para España que «es probable que el PIB se estanque en las próximas décadas. Las tendencias demográficas adversas contrarrestarán las ganancias esperadas en productividad y del empleo».

Con una clara alusión a la crisis demográfica, agravada durante la pandemia con un desplome de nacimientos con cifras que nos retrotraen al mismo mes de 1941, por ejemplo, en el pasado diciembre.

Dentro de este panorama de envejecimiento acelerado, el BNP Paribas avisa: «se espera que España experimente una caída del 2,6% de la población para 2030. Aunque no es el único factor en juego (la tasa de actividad ha caído, por ejemplo), la disminución de la población está provocando que la población activa se estanque (España e Italia) o disminuya (en Grecia y Portugal)».

El banco concluye: «con esta perspectiva de una disminución constante de la fuerza laboral, la necesidad de generar un mayor aumento de la productividad para apoyar el crecimiento económico será cada vez más importante».

FARO/Círculo Tradicionalista de Baeza