Tráeme su coleta

Un momento de agitación sacude la política nacional. El Partido socialista escudriña el resultado de sus mociones de censura, que se presenta agridulce. Sánchez perseguía varios objetivos: dispersar el llamado espacio de centro derecha, extenuar al PP y, sobre todo, desasirse de Podemos. Pero, ¡quién podría decir que el escenario se esboza halagüeño!

Sin embargo no podemos anunciar de modo temerario que su táctica haya fracasado. Ésta es una estrategia compleja que aún aguarda el encaje de los acontecimientos.

Es cierto que uno de sus propósitos parece frustrado: Sánchez ha robustecido al PP en Murcia, CyL y, sobre todo, en Madrid. Incluso es posible que haya remediado el desaguisado de Casado, abriendo la puerta a una revigorización del Partido Popular en torno a figuras más lustrosas, como Díaz Ayuso o Almeida.

Por otra parte, Ciudadanos es un proyectil hecho añicos, sus fragmentos se distribuirán entre el PP y PSOE. ¡Girauta estaba sentado esperando a sus ex-compañeros, aún no lo discerníamos del todo! Díaz Ayuso, fortalecida por su gestión de la pandemia, aparece como gran recortadora tras el ágil requiebro de la moción de censura. La dirigente autonómica amenaza con una imponente mayoría en las elecciones autonómicas del 4 de mayo.

Los comicios madrileños determinarán si queda espacio centro-derecha para que el Partido Popular afirme una pata en él. Pero no podemos obviar el principal propósito que ha movido al PSOE: postergar al partido de Iglesias.

El silencio de Podemos durante los últimos días indica su olfato fino y el diseño del contrataque morado. Iglesias abandona la Vicepresidencia (sin romper la coalición) y se postula en Madrid contra Díaz Ayuso. Lanza el órdago para salvar a su partido en la provincia y a nivel nacional, abanderando la propuesta de un bloque de izquierdas.

Pero esto ha podido ser un paso en falso. Su proyecto era reformular el modelo de la coalición nacional, ensayado en Madrid con él a la cabeza, para propulsarse de nuevo hacia el Gobierno estatal. Por eso, Iglesias invitó ayer a Errejón, su antiguo compañero, a sumarse al proyecto, y espera hablar con Sánchez hoy.

No obstante, Errejón ha devuelto favor por favor, y desaire por desaire. El dirigente de Más Madrid concurrirá en solitario a las autonómicas: reclama el señorío de la izquierda más posmoderna en la provincia. Recordemos que el roce hace el cariño; aquí se nota la huella del mimo de los socialistas locales a Más Madrid durante los últimos dos años. Ésta ha sido una de las prioridades del PSM desde que se conformó el gobierno municipal de Manuela Carmena.

Todo parece indicar que a Iglesias se le acaban los amigos, y quizá Sánchez haya pergeñado eficazmente su programa táctico. El estratega matematiza, sobre todo el moderno, y subordina sus objetivos con un criterio de gradualidad. Si es capaz de hacerlo con arte, establece al menos dos caminos para el éxito de su empresa.

De este modo, Sánchez previó dos vías para desasirse de Podemos en una misma estrategia: o bien destruir el llamado centro-derecha y exagerar la dicotomía VOX-Podemos, presentándose como el sensato término medio. O bien emplear como palanca las fugas de Podemos, como Más Madrid, para encabezar el ataque contra las derechas, desplazando a los morados en un avance rápido e integrando sus despojos; así, quedaría como el único partido de izquierdas viable.

Roberto Moreno, Círculo Antonio Molle Lazo de Madrid