Este miércoles, la corte constitucional de Ecuador aprobó en pleno la posibilidad de ampliar una de las causales de aborto no punible para permitir la mal llamada «interrupción del embarazo» en cualquier circunstancia donde la concepción haya sido producto de violencia sexual.
En concreto, el tribunal accedió a las pretensiones de una demanda presentada por un sector ideológico que defiende los denominados «derechos sexuales y reproductivos» y que buscaba, mediante la declaración de inconstitucionalidad de una expresión contenida en el artículo 150.2 del Código Orgánico Integral Penal, que el aborto no punible por violación se admitiera sin mayor restricción.
A pesar de la protección constitucional explícita de la vida desde la concepción, la mayoría de los jueces constitucionales decidió a favor de esta despenalización en una votación de siete contra dos, en la que −además− no se advirtió sobre límite gestacional alguno para la práctica del aborto.
Por su parte, el presidente electo Guillermo Lasso se pronunció poco después de la decisión del tribunal, señalando que respetaría lo resuelto. Esta declaración contrasta con sus manifestaciones en campaña electoral, que prometían un gobierno católico y a favor de la vida.
En particular, en su comunicado resaltó que cree especialmente en principios como «la independencia de poderes y la laicidad del Estado» y que «el camino a un mejor país se construye con una democracia que dé cabida no solo a quienes compartan mi visión, sino también a quienes sostengan creencias distintas», incluso si éstas implican la destrucción masiva de vidas inocentes. Incluimos a continuación el enlace a Twitter de Guillermo Lasso donde se encuentra el comunicado:
Mi postura sobre lo resuelto por la Corte Constitucional el día de hoy. pic.twitter.com/RTHGYYMAJY
— Guillermo Lasso (@LassoGuillermo) April 28, 2021
No es ésta la primera vez que se debate el asunto en las instituciones ecuatorianas recientemente: el año pasado, la Asamblea Nacional (órgano legislativo) aprobó un código de salud que incluía no sólo nuevas indicaciones para la despenalización del aborto, sino que introducía también medidas relacionadas con la ideología de género, el consumo de sustancias estupefacientes y el debilitamiento de la figura de la patria potestad en temas tan sensibles como el cambio de sexo. Este código, sin embargo, fue vetado por el ejecutivo, lo cual desataría la ira de colectivos ideológicos en las calles de Quito y Guayaquil en su momento.
Así, Ecuador se convierte en otro país hispanoamericano donde se abre la puerta a la despenalización del aborto en cualquier edad gestacional por la vía de pronunciamientos arbitrarios de la justicia constitucional.
FARO. R. Arias, Portoviejo (Ecuador) y C. Gutiérrez, Margaritas Hispánicas