Obras de barbarie

La ministra de Educación española, Isabel Celaá, en el Congreso de los Diputados. D. Castro

Recogemos el juicio de don Juan Vázquez de Mella en uno de sus discursos:

«En nombre de la cultura española y de la Historia de España, la Religión católica debe ser obligatoria para todos los que han nacido en el suelo español. Un pueblo (…) no es culto nunca si se ignora a sí mismo; un pueblo que se ignorase a sí mismo, sería tan ignorante como un hombre que no supiera su propia biografía.

Y un pueblo se ignora perpetuamente a sí mismo si no conoce su historia; y no conocerá su historia si no conoce sus creencias, los sentimientos, las aspiraciones que le animaron; y cuando ese pueblo es España, no necesito yo demostrarlo, porque está en la mente de todos: no hay una manifestación del genio nacional (…) que no esté de una manera o de otra, por amor o por contraste, inspirada por el sentimiento religioso de nuestro pueblo.

A quien ignore la Religión no le será lícito asomarse, por decirlo así, al alma de las generaciones que pasaron; no podrá saber lo que fue la gran centuria XVI, cuando llegamos a aquella explosión espiritual de nuestra raza ante la cual, según la frase de un escritor positivista, el mundo, subyugado por nuestro genio, tuvo que doblar la cabeza para dejarnos pasar; no podrá saber lo que es el mundo espiritual de nuestra raza, ni sorprender los secretos de nuestros artistas, ni admirar el ingenio de nuestros filósofos, ni la elevación sublime de nuestros teólogos, si no conoce la religión católica, forma substancial de nuestro pueblo, motor de nuestra raza, agente vivo de nuestra historia.

Dejar, pues, que la religión católica, inspiradora del alma nacional, no sea estudiada ni comprendida, no es obra de cultura: es obra de barbarie».

Juan Vázquez de Mella. Compilado por Antonio de Jaso, Navarra.