El verdadero enemigo

Diario de Sevilla/ANVAC

Ayer mismo recibí un vídeo que ha recorrido las redes. Se veía un campo lleno de banderas constitucionales de España, y una joven que las arrancaba, para escándalo de los asistentes. El emisor de este vídeo pretendía hacer extensivo el escándalo descrito, que él por supuesto compartía. Mi impresión al ver el vídeo fue muy distinta.

Condenar la ideología que aprueba opiniones indeseables, y a la vez defender el Régimen que ampara esas opiniones indeseables, es una acrobacia mental fuera de mi alcance. Si hay algo que es la derecha, es sinvergüenza. Se necesita tener poca vergüenza para defender un régimen que ha igualado el juicio del sabio y del necio. Nada más lamentable que los espectáculos de «patriotismo» demócrata.

La verdadera virtud patriótica se funda en su fin. El fin del patriotismo es el bien común de la comunidad política, el bien de España. Los hombres por naturaleza viven en comunidad para hacerse buenos, perfectos y virtuosos. Pero el régimen liberal diluye el bien común en el campo de la oportunidad y la polémica perpetua. Los gobernantes demócratas desnaturalizan los fines convirtiéndolos en simples medios, para perseguir el único fin de perpetuarse.

Esta inversión delirante, perpetrada por la democracia liberal, pide la antítesis del patriotismo. En la que participan todos partidos al aceptar la soberanía de la «Constitución». La crisis coronavírica ha puesto de manifiesto que, si algo es prescindible, es el sistema de partidos. Vemos cómo se repliegan ante las directrices mundialistas y extranjerizantes.

Aquel vídeo no muestra a un sujeto indeseable suprimiendo banderitas y un derechoso que graba. Muestra el odio social y cainita, del que se nutre al monstruo mórbido que habita en el Congreso de los Diputados. El cainismo democrático es el mantillo del parlamentarismo liberal. Flor de cementerio —diría Mella— que se alimenta de la putrefacción y la podredumbre religiosa, política, social y personal. Ese es el verdadero y único enemigo.

 Rodrigo Loizaga, Círculo Hispalense.