Tensión por el caso del avión interceptado en Bielorrusia

EFE/ Oliver Hoslet

Las tensiones a propósito de la intervención del gobierno bielorruso en los intereses de la compañía aérea Ryanair parece que mantienen una escalada de agravantes considerable.

El pretexto de esta situación es que, alegando una amenaza de bomba, el Gobierno de Bielorrusia obligase a aterrizar a un avión de la compañía aérea Ryanair que sobrevolaba su territorio. Fuentes occidentales afirman que la intención era apresar al periodista Roman Protasevich, pasajero en dicho vuelo.

Cuando el avión volvió a despegar, se confirmó que Protasevich ya no iba a bordo

El Consejo Europeo, reunido estos días en Bruselas, se ha pronunciado al respecto. «Condeno con la mayor contundencia el aterrizaje forzoso en Minsk de un vuelo de Ryanair (…) y la detención del periodista Raman Protasevich» sostiene Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, a través de un comunicado oficial. Llegando a cerrar el espacio aéreo europeo con Bielorrusia, además de exigir la inmediata liberación del periodista.

No sólo Michel se ha pronunciado al respecto. Josep Borrell, Alto Representante ha usado un tono de firmeza ausente en sus recientes referencias a Marruecos: «seguimos atentamente lo que ha pasado con el vuelo de Ryanair entre Atenas y Vilna, forzado a aterrizar en Minsk por una supuesta amenaza de seguridad. Es absolutamente inadmisible». 

La escalada de la crisis ha continuado en las últimas horas. La Unión Europea ha acordado establecer sanciones contra Bielorrusia, y se mantendrá congelado un paquete de inversiones de 3.000 millones de euros. Por su parte, Alemania ha llamado a consultas a su embajador en Minsk.

AGENCIA FARO