La confirmación de Leonor

Leonor, primogénita del Jefe del Estado español. GTRES, Chema Clares

El diario EL MUNDO, entre otros medios, se hace eco de la próxima confirmación, este viernes 28 de mayo, de la «princesa» Leonor, hija del actual Jefe del Estado. La ceremonia se celebrará, según lo previsto, en el colegio donde estudia la adolescente, en la estricta intimidad y con la única compañía de los demás confirmandos y sus familiares más allegados, tal y como exigen los protocolos anti-Covid.

En el Catecismo del Concilio de Trento, para expresar la distinción de este sacramento con respecto al bautismo, se nos dice que es muy conducente que sean confirmadas las almas de los fieles con otra gracia, para que ni las aterre ni retraiga de la verdadera confesión de la fe, peligro o miedo alguno de penas, de tormentos o de muerte. Dicho con otras palabras, la Confirmación robustece el alma del cristiano para que pueda luchar por el honor de Cristo y su santa Religión, una vez alcanzada la edad adulta; si no en el cuerpo, a lo menos en cuanto a la fe.

Por eso es de lamentar que la «princesa», a ejemplo de su padre –quien omitió toda alusión a Dios y a la Religión en su ceremonia de “proclamación”, siguiendo la estela política de la dinastía usurpadora que representa–, reciba este sacramento a escondidas y traicione el compromiso público en favor del Reino de Cristo que obliga a todo cristiano, y más aún a quien pretende tener dominio sobre toda una nación; y ello aun a costa de cualquier peligro.

Pero «nada da lo que no tiene», y no pueden pedirse peras al olmo liberal. Sin embargo, la que pretende, en su ilegitimidad, heredar el trono de España, debería meditar la palabra del Señor, cuando dice: al que no tiene, aun aquello que tiene le será quitado (Mt. 13,12).

P. Francisco Avellaneda, Círculo sacerdotal Cura Santa Cruz