Recientemente hemos celebrado en Albacete la festividad de la Natividad de la Santísima Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora de los Llanos, que es patrona de la villa desde 1616. La talla de Nuestra Señora de los Llanos data al menos de 1226. Fue trasladada por los soldados de Jaime II de Aragón durante la Reconquista de estas tierras. No obstante, la comarca natural de Albacete es La Mancha de Montearagón.
Fue hallada milagrosamente en 1447 por el labrador Joaquín Sánchez Jiménez, en el paraje donde fue enterrada para salvarla de posibles profanaciones mahometanas. Su hallazgo estuvo rodeado por hechos milagrosos reconocidos por las autoridades eclesiásticas. Allí se erigió una ermita por las limosnas de los habitantes de la villa y las cercanías. La imagen fue custodiada por los franciscanos, que levantaron anejo un convento de la Orden Descalza, y a su vera se situaron labradores en un terreno comunal. Su emplazamiento como cruce de caminos le dotó de una gran acervo popular, siendo el origen de la actual Feria.
Toda esta realidad se trastocó con la desamortización de 1836. Nuestra Señora fue expulsada de la ermita, de la que no queda vestigio. Los labradores fueron arrancados de sus tierras, y los monjes del convento, que también ha desaparecido. Las tierras fueron prácticamente regaladas al burgués José María de Salamanca y Mayol, natural de Málaga. Se trataba de un liberal exaltado desde su juventud, especulador, tahúr, agente financiero de Gran Bretaña, que fue financiador del ejército liberal y por ello recibió el falso título nobiliario por la usurpadora Isabel.
Las tierras fueron vendidas posteriormente a José Aurelio Larios y Larios, también nacido en Málaga, cuya familia se desvinculó de su origen divisero para dedicarse al préstamo y otros negocios en la colonia pirata de Gibraltar. También financió al ejército usurpador, recibiendo por ello otro falso título de nobleza por Isabel llamada II. El antiguo territorio de Los Llanos quedó convertido en una inmensa finca, que se dedicó al uso y disfrute de los agentes de la Revolución en España. Mientras, los pueblos de alrededor fueron condenados a la emigración, el peseterismo caciquil, la miseria y el analfabetismo.
Tremendo contraste con don José Selva Mergelina, quinto Marqués de Villores. Título legítimo y cumplido, siempre vinculado a Albacete y que fue el último secretario político del Rey Don Jaime. Cedió gratuitamente su casa familiar en 1918 al Ayuntamiento de Albacete, ya que la necesaria ampliación de los terrenos municipales era una exigencia del bien común. En agradecimiento, el pueblo de Albacete le dedicó una calle, donde se encontraba la casa que aún lleva su nombre y que sigue siendo una de las calles más auténticas de Albacete.
Javier Ibáñez, Círculo carlista Marqués de Villores.