MADRID, ESPAÑA- La cesión de competencias penitenciarias a la administración vasca reaviva el miedo a que los presos etarras vean sus penas reducidas.
Por medio del fin de la política de dispersión, propugnado por el Ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska, cada vez son más los presos de ETA que son trasladados de centros penitenciarios desde las más diversas regiones de España para que cumplan su condena en cárceles vascas. Este acercamiento ha vuelto a despertar dudas respecto a la eficacia de las sentencias sobre ellos y el riesgo a que se reactiven los afectos hacia la banda terrorista.
La sociedad vasca vive estos días marcados contrastes. De un lado, figuras como el Lehendakari Íñigo Urkullu insisten en que las víctimas son una prioridad del gobierno. De otro, nada impide que se produzcan llamativos recibimientos a los miembros de ETA que salen de las prisiones y en los que son aplaudidos como héroes.
En este contexto, la Asociación de Víctimas del Terrorismo ha puesto el acento en el riesgo que existe de que las penas de los etarras reciban trato de favor dado que, a partir de octubre, las competencias en la gestión de presiones pasarán a manos del gobierno vasco.
Se trata esta de una dinámica que recorre no sólo el gobierno del PSOE, sino que también ha sido llevada a cabo durante las legislaturas en las que estuvo en el poder el Partido Popular. El fundamento de la situación fue el mismo en ambos casos: las necesidades de apoyo político por parte del gobierno central. Si los independentistas catalanes presionaron a favor de los indultos de forma tan jactanciosa que incluso el propio Gabriel Rufián se permitió hacer escarnio hacia Pedro Sánchez en el Congreso a tenor de la volatilidad de sus promesas, el PNV ha adoptado una política menos ruidosa, pero encaminada en la misma dirección.
Es de esperar que, de la misma manera que ocurrió con la relajación de las medidas respecto a la mascarilla, aparezca en el tiempo próximo un nuevo cortafuegos mediático que se conjugue con una políticas de blanqueamiento del terrorismo cada vez más frecuentes.
Agencia Faro, Círculo Antonio Molle Lazo de Madrid