TERUEL, ESPAÑA– Los ecologistas y Gobierno sitúan ahora en el centro de la diana a las presas y embalses. El primer objetivo parece ser la presa de Los Toranes en la actual provincia de Teruel, reino de Aragón.
El Gobierno desea derribar la presa de Los Toranes, y cuenta para ello con el apoyo de diversas organizaciones ecologistas. Más de 40 asociaciones han dirigido una carta a la ministra de transición ecológica para reclamar el derribo de presas. «Están obsoletas», han declarado y «provocan una hecatombe de biodiversidad».
Las propuestas alternativas de estos colectivos para garantizar el riego agrícola brillan por su ausencia y se remiten a la confianza en el caudal del río, algo arriesgado en una región con un régimen de lluvias bastante irregular en gran parte de su territorio.
Frente a las peticiones de los vecinos de municipios de la zona como Olba, Alventosa y San Agustín, los ecologistas piden al ministerio que se cumpla con la Directiva del Agua de la Unión Europea.
El Tribunal Superior de Justicia de Aragón decidirá sobre el derribo de la presa al resolver el recurso presentado por la empresa concesionaria (Iberdrola), a la que el Gobierno de España quiere imponer los costes de la demolición.
En paralelo, los vecinos se han dirigido al Gobierno de Aragón para que declare la infraestructura Bien de Interés Cultural.
El alcalde socialista de Olba ha declarado refiriéndose a los ecologistas que «no ven el territorio en su conjunto, hay que pensar en la economía y en mantener a la población». Él y los otros alcaldes de los pueblos afectados están indignados y defienden la rentabilidad económica de esa infraestructura hidráulica y su importancia para el regadío, el turismo y el consumo humano de la población de esa comarca de la España vacía.
Agencia Faro
