Una política hispanoamericana

Si existe una característica propia del mundo moderno es la revolución permanente. La revolución es la pretensión de subvertir o destruir el orden natural y divino. A esta destrucción solemos asistir diariamente. A través de los medios de prensa, de decisiones tomadas en largas horas de sesiones parlamentarias.

El hispanoamericano que es católico, arraigado a su tierra y a sus tradiciones, es atacado cuando la revolución avanza. La defensa de su legado le mueve a querer realizar una acción política. Pero las opciones habituales no son una verdadera contrarrevolución, sino la conservación cómoda de la revolución.

Para realizar una verdadera acción política católica, debe reconocer el origen católico de sus tradiciones y costumbres. Nuestro pueblo nació bajo la Cruz de Cristo y la unidad católica. Diversos pueblos hermanados políticamente sobre la unidad Religiosa en una Corona Católica. Unidad resquebrajada por las revoluciones secesionistas del siglo XIX. Éstas, inauguraron un culto al Estado Moderno, una religión estatal con sus templos, sus «altares de la patria».

El católico hispanoamericano debe reconocer: que su Estado es «hijo de la revolución» que destruyó la unidad hispánica, fragmentándola en diversas naciones modernas. Impugnando su origen destruyendo aquella parte de la Cristiandad que fue la Monarquía. Como expresaba el Abanderado de la Tradición, S.A.R. Don Sixto Enrique: «En las Españas, la Hispanidad repartida por todos los continentes, que ha sido la más alta expresión de la Cristiandad en la historia, radica nuestra principal fuerza. A la reconstrucción de su constitución histórica y a la restauración de un gobierno según su modo de ser debemos dedicar todos nuestros empeños».

El principio político para la reconstrucción de nuestros pueblos está en reconocer que somos herederos de esta Cristiandad Hispánica. Frente a las corrupciones de cualquier ideología moderna. Con la fe puesta en Dios, busquemos la Realeza Social de Jesucristo, piedra angular del tradicionalismo americano y español. ¡Viva Cristo Rey!

Miguel Rojas, Círculo Tradicionalista Nuestra Señora de la Asunción del Paraguay