Marruecos se rearma ante la pasividad de España

El presidente de EE.UU. saluda al rey de Marruecos. AFP. Fadel Senna

CEUTA, ESPAÑA- La carrera armamentística que ha iniciado Marruecos, a pesar de estar sumido en una grave crisis que le ha obligado a solicitar dos ayudas al FMI en tan solo un año y medio, no le impide asumir 20.000 millones de euros en gasto militar.

En junio pasado Marruecos recibió una ayuda de 450 millones de dólares del Banco Mundial, se supone que para mejorar la vida de la población rural y su capacidad de desarrollo. A los dos meses, recibió otra nueva ayuda del FMI por importe de 3.000 millones que se suma a la de abril de 2020. No todo lo solicitado le ha sido concedido, ya que Alemania congeló recientemente una ayuda de 1.400 millones de dólares por unas declaraciones sobre el Sáhara Occidental.

Al contrario, las relaciones con Gran Bretaña son excelentes. Así realizarán unos ejercicios militares conjuntos el próximo mes de octubre, con la presencia del portaaviones de la Royal Navy HMS Queen Elisabeth. Y ante las dudas, el embajador británico en Rabat, Simón Martin, insiste: «fuertes relaciones comerciales que ya existen entre los dos países en los campos de la agricultura, el turismo, la automoción, la aeronáutica, así como el textil y los servicios financieros».

Pero existe un punto de inflexión: el 10 de diciembre del año pasado, cuando la Administración saliente de Donald Trump reconoce la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, a cambio del pleno establecimiento de relaciones diplomáticas de Marruecos con el estado de Israel. Y que Biden mantiene: «Esa sigue siendo la posición de la Administración, no hay novedades», como reafirmó el portavoz del Departamento de Estado en junio de este año.

¿Qué supone todo esto? El Ejército de Tierra con varias decenas de unidades de carros de combate, el del Aire con drones turcos con capacidad de ataque (algo que no tiene España) y la Marina con intención de comprar 2 fragatas de guerra totalmente nuevas.

Más concretamente, este par de embarcaciones corresponden a la clase Fremm (Fregata Europea Multi-Missione) un desarrollo llevado a cabo entre la empresa semipública italiana Fincantieri y la francesa Naval Group. Tienen una autonomía de 12.600 millas, y misiles Aster 30, que alcanzan una altitud de 20.000 metros y un alcance que sobrepasa los 120 kilómetros.

Habría que añadir cuatro submarinos, de acuerdos con Francia y Alemania, uno de los cuales sería de 5ª generación, clase Scorpene, mientras el resto procede del acuerdo militar con Reino Unido.

En aviación, drones turcos para vigilar las fronteras de Ceuta y Melilla; 36 helicópteros Apache; 25 aviones F-16C / D Block 72, construidos por Lockheed Martin, y 29 motores Pratt & Whitney F100-229 de Estados Unidos, estos últimos por valor de 212 millones de dólares. El Estado de Israel ya ha comenzado a montarle el primero de los cuatro aviones de captación de inteligencia, vigilancia y reconocimiento, el Gulfstream G550.

Aquí se incluyen más actores, ya que esta operación está financiada por Arabia Saudita, en un entendimiento entre la Administración Trump, Rabat, Riad y Jerusalén.

Sin olvidarnos de que en esta década Marruecos podrá adquirir los F-35, los aviones más avanzados de EE.UU.

El Ejército de Tierra no queda atrás, con 200 tanques de combate M1 Abrams. También tendrá la posibilidad de hacerse con los cambios de los tanques blindados Cougars 6×6 y el sistema de misiles tierra-aire de largo alcance MIM-104 Patriot, exclusivamente para África.

Pero, ¿queda sólo en compra de armas? El viceministro encargado de la defensa nacional, Abdeltif Loudyi, dejó adivinar que la producción de armas está contemplada: «consolidar la cooperación militar con EE UU mediante la promoción de proyectos conjuntos de inversión en Marruecos en el sector de la industria de la defensa, con miras a fomentar la transferencia de tecnología y construir gradualmente la autonomía estratégica del país en este ámbito».

La cooperación es más que estrecha. Tanto que se ha ampliado la base naval de Alcazarseguir, en el norte de Marruecos, a pocos kilómetros de Ceuta, donde se instalará la Agencia de Seguridad Nacional (la inteligencia de la armada naval americana adscrita al departamento de Defensa), y además la CIA ampliará su personal y sus unidades de inteligencia.

Pero nuestra Ministra de Defensa, «yo me siento ceutí y melillense», mantiene que todo esto no son más que «cuestiones internas de Marruecos». Mientras, el jefe del Gobierno de Marruecos, Saadeddine El Othmani, volvió a situar a Ceuta y Melilla como territorios marroquíes, a igual que el Sáhara.

Agencia Faro, Círculo Tradicionalista de Baeza. R. Gómez Bastida