MADRID, ESPAÑA- Un informe enviado a la Unión Europea, confirma que la pesca española es la segunda más vigilada. Tanto por tierra como por mar.
Se han realizado 57.000 inspecciones entre los años 2015 al 2019, sólo superadas por las 91.300 inspecciones de Italia. La vecina Francia, ya en tercer puesto, sólo ha sufrido 51.400 controles, seguida de Grecia con 48.500, Malta, con 23.200, Dinamarca con 21.000, Irlanda, con casi 19.000, Polonia 18.500 y Bulgaria con casi 15.400 inspecciones.
Por ello, España ocupa el primer lugar en porcentaje de presuntas irregularidades, con 31.700, lo que significa casi un 35 % del total de la Unión Europea. Antes del Brexit, le seguía Reino Unido con un 24 % y Croacia con otro 25% del total.
La mitad de los controles se realizaron durante las descargas en puertos, otro 23 % en los mercados y casi un 6 % en transportes por carretera. El 20 % restante se hicieron a barcos en el mar. No se han escatimado gastos para ello.
Cabe tener en cuenta las características de la flota, según datos del «Informe Anual de la Actividad de la Flota Pesquera Española 2021 (Datos 2019):
La flota española se estructura mayoritariamente como flota artesanal, pues el 71,43% de los buques son barcos de menos de 12 metros de eslora, mientras que un 20,17% ocupan el tramo de 12-24 metros, y tan solo un 8’39% tienen más de 24 metros de eslora.
En cuanto a la antigüedad de la flota, cabe destacar que la edad media de la flota activa española en el año 2020 es de 32 años, siendo la flota artesanal la de más antigüedad, 36 años, frente a la flota de más de 24 metros que apenas llega a los 20 años.
En lo relativo a los recursos humanos, como ya se ha publicado en La Esperanza, no existe relevo generacional, por lo que el sector está en jaque. La intensa actividad inspectora acompañada de sus correspondientes multas no será un factor que ayude a las generaciones más jóvenes a inclinarse por continuar desarrollando este duro oficio de sus mayores.
Agencia Faro, Círculo Tradicionalista de Baeza. R. Gómez Bastida
