La dieta de una religión estéril

El Espectador

El comportamiento en los últimos meses de las exportaciones de carne en Suramérica plantea un escenario digno de analizar: uno de los productores históricos de carne bovina −Argentina− se ha visto fuertemente impactado por las restricciones impuestas por su propio gobierno para la exportación de carne desde mayo y las pérdidas anuales por esta intervención se proyectan en 1.100 millones de dólares[1], un golpe del que la economía argentina tardará en recuperarse.

El panorama de consumo, sin embargo, no se reduce a la situación de la oferta comentada (que otros países como Brasil y Uruguay han suplido), sino que se extiende también a la demanda: en el 2020, el consumo de carne vacuna en Argentina tuvo su punto más bajo en 70 años, por lo que un habitante consume un 25% menos de lo que se consumía a inicios de este siglo y un 40% menos que el promedio de hace 50 años[2]. Esta tendencia se advierte, así mismo, en otros países hispanoamericanos. Las razones son variadas: económicas las principales, pero los expertos empiezan a observar también un cambio en los hábitos alimenticios que llama la atención.

Estas modificaciones en la dieta −indicativas en muchas ocasiones de la historia de cambios culturales de gran magnitud− pueden también estar relacionadas con la propaganda ecologista que ha impulsado la moda del vegetarianismo/veganismo, incluyendo sus versiones más radicales como el crudoveganismo (corriente que aboga por la ingesta exclusiva de vegetales y frutos sin cocción alguna), estimulada constantemente por los medios masivos de comunicación y la publicación de informes de toda clase de organismos y paneles nacionales e internacionales que vinculan los hábitos alimenticios con el aterrador escenario del cambio climático[3].

Así, por ejemplo, recientemente, el gobierno peninsular destacó en su ejercicio de prospectiva «España 2050» la necesidad de reducir el consumo de carne ante la «emergencia climática» y la «insostenible huella de carbono» que éste genera[4].

No deja de ser significativo que este nexo imaginado y tan publicitado tenga algunas aristas francamente religiosas, muy a pesar del gusto de sus simpatizantes: desde el apocalíptico calentamiento global, signo distintivo del fin del mundo en la nueva religión secular, hasta el desprecio casi gnóstico a la descendencia por ser un «factor contaminante».

Y es que este credo gana feligreses cada vez a mayores ritmos: según las cifras de Euromonitor International, entre el 4 y el 6% de la población mundial es vegetariana/vegana y alrededor de un 42% intenta restringir algunos productos derivados de animales aunque no siga una dieta estrictamente vegetariana/vegana. Las razones aludidas con más frecuencia para la adopción de estos hábitos son el bienestar animal, las preocupaciones respecto al medio ambiente y la salud individual[5].

Observamos que el vegetarianismo/veganismo se inscribe así en las tantas tendencias del puritanismo contemporáneo, donde por una parte se asocia la existencia carnal del hombre a consecuencias catastróficas sobre el planeta, a la vez que, con la Deep Ecology, se promueve una idolatría panteísta del «medio ambiente» mientras se degrada al ser humano a la condición de bestia (anti-especismo) y, en últimas, se ensalzan los modernos mecanismos de sacrificio ritual.

Habrá que ver si el mundo hispano, hoy desgraciado por la secularización que trae la globalización liberal, es capaz aún de hacer frente a este fenómeno de «religiosidad inmanente» donde la salvación ya no es para el hombre sino para el mundo.

[1] Ver: https://www.agronegocios.co/ganaderia/cual-es-la-cifra-que-perdera-argentina-por-el-recorte-a-las-exportaciones-de-carne-3213085

[2] Ver: https://www.bcr.com.ar/es/mercados/investigacion-y-desarrollo/informativo-semanal/noticias-informativo-semanal/consumo-de

[3] Ver, por ejemplo, los pronunciamientos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) que, directamente, aconseja la reducción del consumo de productos de origen animal por cuanto éste es un factor, a su juicio, desencadenante del cambio climático a través de gases de invernadero: https://www.ipcc.ch/srccl/chapter/chapter-6/

[4] Ver el alarmista capítulo 4 del informe, «Convertirnos en una sociedad neutra en carbono, sostenible y resiliente al cambio climático», disponible en: https://www.lamoncloa.gob.es/presidente/actividades/Documents/2021/200521-Estrategia_Espana_2050.pdf

[5] Maria Mascaraque, Going Plant-Based: The Rise of Vegan and Vegetarian Food, Euromonitor International, noviembre de 2020, disponible en: https://blog.euromonitor.com/the-rise-of-vegan-and-vegetarian-food/

Catalina Gutiérrez, Margaritas Hispánicas