8. La conclusión es evidente: el reino de lo espiritual se extiende al reino de lo temporal, porque quien tiene toda potestad no roba nada ni a nadie, como reza el Himno Credulis Herodes Deum que trascribe el Pontífice, «no arrebata el reino temporal el que da el reino celestial». Pero a renglón seguido viene otra afirmación del Pío XI que puede causar asombro:
«Sin embargo, mientras vivió en la tierra, Cristo se abstuvo totalmente del ejercicio de este poder, y así como entonces despreció la posesión y la administración de los humanos, así también permite y sigue permitiendo el uso de éstos a sus poseedores»
Juan Fernando Segovia, Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II