En el municipio de Castronuño (Valladolid) se denunció por redes sociales la restauración desafortunada en la Iglesia de Santa María del Castillo con mortero de cemento en uno de los arcos ciegos.
El motivo era querer desenmascarar si la obra fue hecha en fechas recientes y quién fue la persona que se atrevió a hacer un parche que rompe la armonía del conjunto. Fue una medida sensacionalista que acaparó varias páginas en diversos diarios ya que finalmente pudo demostrarse que la triste reparación tiene más de veinte años como tenido que reconocer el regidor de la localidad Enrique Seoane Medroño, de filiación comunista.
La Iglesia es un edificio románico tardío con elementos cistercienses de una sola nave con ábside semicircular construida entre los siglos XIII y XIV en Castronuño. Castronuño es una villa que actualmente se encuentra en la provincia liberal de Valladolid, pero que hasta las revoluciones se encuadraba en la extinta provincia de Toro. Dentro de las llamadas Villas de la Guareña, porque por allí discurre el río de dicho nombre y casi todas la zona eran encomiendas de la Orden de San Juan de Malta.
En la actualidad el Arzobispado de Valladolid está interviniendo en el coro de la Iglesia y tras el envío de un técnico se valoraron esos parches de cemento. «Es algo que estéticamente es muy feo pero no daña nada» declaraba la Archidiócesis.
Así que se procederá a la limpieza y restauración de la joya de la localidad, pues la investigación sobre la autoría de los pegotes de mortero ha puesto en evidencia problemas más graves, como las humedades que afectan a la cubierta y el desgaste de los sillares.
Castronuño tuvo un riquísimo patrimonio que atesoró durante la Edad Media entre ermitas, iglesias y otros edificios civiles, hoy casi todos desaparecidos, y es esta iglesia una destacada muestra del románico zamorano fuera de la provincia, a orillas del Río Duero.
Agencia FARO, Círculo Tradicionalista General Lirio y Burgoa de Valladolid. F. Gutiérrez