La cultura política católica, especificación de la cultura política clásica, se halla en una grave crisis. En puridad, en un nivel más amplio, es la propia cultura católica, tout court, la que la sufre. Si en un primer momento combatió la modernidad teoréticamente, sin más que algunas cesiones prácticas, de naturaleza táctica o estratégica, en otro posterior ha llegado a depender de ella en su oposición, para concluir incluso aceptándola, dimitiendo de la lucha y buscando el abrazo con el mundo.
El último libro del profesor Miguel Ayuso, al mismo tiempo que traza la historia del problema, subraya las aporías de esa nueva situación presente. Comienza con un capítulo panorámico, titulado «¿Ocaso o eclipse de la cultura política católica?», en el que distingue las dos vías de la laicidad moderna, la francesa y la estadounidense, con una referencia a la singularidad hispánica. Sigue, a continuación, con otro sobre el Kulturkampf en España, esto es, el desenvolvimiento del laicismo liberal en España. Una tercera parte se las ve con la democracia cristiana en España y el papel desastroso que la Asociación Católica de Propagandistas ha tenido en el proceso de destrucción de la cultura política católica tradicional. Para completarse el panorama con unas páginas sobre lo que Elías de Tejada llamó el «menéndezpelayismo político», conservadurismo travestido de tradición que concluye dificultando la restauración de ésta, por más que sirviera coyunturalmente para frenar el laicismo de cuño revolucionario de la Falange. El quinto capítulo trata de la Ciudad Católica, aclimatada en el mundo hispánico a partir de los años sesenta del siglo pasado, e instrumento en cambio por lo general del tradicionalismo. Unas consideraciones sobre «La perenne tentación liberal», donde se pone el acento en la devoción a los Sagrados Corazones y la actualidad de la idea de Cristo Rey, ponen el colofón al volumen.
Agencia FARO