27. Nuestra obligación por excelencia es conocer y amar a Dios, así alcanzaremos la salvación. Lo dice el Catecismo. Pero debemos hacerlo usando de la naturaleza intelectual que Dios nos ha dado, y que se fortalece y perfecciona por la gracia.
Porque la Iglesia no desprecia la naturaleza, no desespera de ella como los protestantes. La gracia, que nos repara y eleva de nuestra condición hasta la vida divina misma, se apoya en la naturaleza, inhiere en la naturaleza.
Juan Fernando Segovia, Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II