Sheinbaum sigue dando gato por liebre

Nuevo «monumento» a la «joven Amajac». Gobierno de Ciudad de Méjico

CIUDAD DE MÉJICO La jefa de gobierno de la Ciudad de Méjico Claudia Sheinbaum anunció que la escultura prehispánica: «la joven de Amajac» será la indicada para sustituir la estatua de Cristóbal Colón que adornaba una de las vías principales de la Ciudad y retirada por supuestas reparaciones, esta decisión fue tomada por el Comité de Monumentos y Obras Artísticas en Espacios Públicos de la Ciudad de México (COMAEP).

La mandataria capitalina anunció a través de sus redes sociales la decisión de colo­car un réplica de la escultura recientemente descubierta de «la joven de Amajac», halla­da en la región de la Huasteca veracruzana a inicios de este 2021. Este proyecto conjun­to fue elaborado por representantes del mencionado COMAEP, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México y la Secretaría de Obras.

Este segundo proyecto fue aprobado tras una supuesta discusión basada en la solicitud de «más de 5 mil mujeres indígenas de todo el país», para, según Sheinbaum «darle este espacio tan especial a las mujeres indígenas tiene un gran simbolismo en la ciudad. Aquellas mujeres que menos voz han tenido son aquellas a las que tenemos que darles voz», recordando además que fueron «víctimas del racismo y el clasicismo durante la colonia».

Escultura original de «La joven de Amajac»

Este sería el segundo intento oficial de sustituir la que fue por mucho tiempo la Glo­rieta de Colón, pues ya antes se había intentado colocar una escultura también de una mujer indígena llamada «Tlali» del escultor Pedro Reyes, y ante el fracaso de la pro­puesta, los colectivos feministas colocaron de forma provisional un «antimonumenta» y autonombraron el lugar como «glorieta de las mujeres que luchan».

El ídolo propuesto por el gobierno parece no estar en concordia con el discurso po­pulista de Sheinbaum, pues basta recordar los sacrificios cruentos de mujeres vírgenes a la deidad «Xilonen», quienes eran además tratadas como esclavas. Pasa por alto también el hecho de que fue durante el Virreinato cuando fueron protegidas por el Evangelio, que la mujer indígena tuvo mayor protección de parte de las instituciones cristianas y que los numerosos asesinatos de mujeres se da ya durante estos tiempos impregnados de disolu­ción moral a consecuencia del liberalismo.

Agencia FARO, Círculo Celedonio de Jarauta