Continuamos con algunos apuntes sobre el pensamiento de José Peredo Antelo, autor boliviano originario del departamento de Santa Cruz en la zona de los llanos, que escribía bajo el seudónimo de Erlando. Este escritor cuestionó no solo al socialismo, sino también al liberalismo, y esto lo vemos con énfasis en su serie de artículos titulados Cuestión social.
Podemos destacar una frase suya: «Entre los pocos bienes que nos legaron nuestros padres, ninguno hay que por su importancia iguale al credo religioso». Él critica las ideas del barón D’Holbach, que propuso una moral independiente de Dios. Al respecto, el pensador cruceño afirma: «Esa pretendida moral sólo es propia de los caballos».
Adicionalmente, Peredo critica que, en Francia, se haya suprimido a Dios en nombre de la libertad mediante las Leyes de Ferry de 1878-1887. Cabe recordar que, en el siglo XIX, el ministro anticlerical francés Jules Ferry impulsó la escuela laica, secularizando aun más a la sociedad francesa y profundizando las consecuencias de 1789.
El pensador cruceño afirma que la Revolución Francesa dio paso libre al anarquismo y al materialismo en la sociedad. Asimismo, afirma que esto inició una época muy dañina para la Iglesia, puesto que masas de feligreses creyeron ingenuamente que el materialismo les traería paz y seguridad. Respecto al anarquismo, Erlando lamenta que este se haya infiltrado gradualmente en los países de América, puesto que el pensamiento anarquista intentó erradicar la moral de los pueblos, lo cual se evidenció en la sustitución de cruces por columnas truncadas en las escuelas y cementerios.
Hijo de su tiempo, Peredo confió de buena fe en el conservadurismo, oponiéndolo a los «radicales» o liberales. Conoció y citó al pensador cochabambino Mariano Baptista Caserta (1832-1907). Para el pensador cruceño, los conservadores contribuían a los intereses de Dios, la Iglesia y el hombre, mientras que los radicales se dedicaban a hostigar la actividad religiosa y moral, y que se interesaban solo en fomentar intereses partidistas.
Erlando señala que el liberalismo es incoherente, porque los defensores de esta corriente de pensamiento exaltaban la «religión liberal del Evangelio», los principios divinos y la moral bíblica en sus programas y documentos. Sin embargo, en la práctica, el liberalismo implementa lo contrario mediante su política y legislación, puesto que obstaculiza mucho a la Iglesia la puesta en marcha de su misión.
Cabe destacar que Erlando prestaba mucha atención a los errores filosóficos difundidos por los autores de su tiempo, errores que, naturalmente, le causaban espanto. Él no tiene reparos en criticar al utilitarismo de Bentham y de Stuart Mill, así como también al evolucionismo de Spencer.
Peredo llama a aquellos errores «aberraciones de la ciencia sociológica de los últimos tiempos». En este sentido, él defiende la idea de que la auténtica fraternidad humana se asienta en el desarrollo de la vida moral; por tanto, discrepa con Spencer, para quien esta fraternidad prescinde de la ley eterna.
En fin, don José Peredo Antelo podría representar una valiosa voz antiliberal en la vida intelectual de Bolivia durante el siglo XIX. Finalizamos con una frase suya, también aparecida en el texto Cuestión social:
«De todas las religiones, sólo el cristianismo dio a los hombres la creencia de la unidad humana. Sólo esta concepción tan grandiosa, nos permite mirar a nuestros semejantes como partes de una gran síntesis, y por ende puede también afirmarse la existencia de una ley común o gobierno supremo. Sin la concepción de Dios en la historia de los pueblos apenas alcanzaríamos una recopilación de hechos todos aislados, sin vida, agitándose en el vacío. No podríamos tener una idea precisa del progreso, sino entendemos por tal esa ley de la humanidad, en virtud de la cual los hombres y las sociedades van avanzando sucesivamente hacia el fin que Dios ha asignado a su destino».
A. Mariscal, Círculo Tradicionalista San Juan Bautista.
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