UN Food System Summit, preparando la cumbre de los sistemas alimentarios de la ONU

Un.org

La ONU está concertando una serie de reuniones preparatorias de la Cumbre de Sistemas Alimentarios 2021 (UNFSS son sus siglas en inglés). La Cumbre en cuestión busca recabar seguimiento global. Ante este planteamiento, en algunos países como por ejemplo en los Estados Unidos,  distintas organizaciones agrarias tratarán de defender sus intereses de forma adecuada. Pero hay que hacerse una pregunta de principio ¿Cuál es el propósito de la Cumbre y qué se pretende con ella?

Cuando el Secretario General de la ONU anunció la celebración de la UNFSS, mencionó la inauguración de un tiempo para «transformar la forma en que el mundo produce, consume y piensa en relación con los alimentos». De ahora en adelante la ONU definirá «sistema de alimentación» en referencia a un conjunto de actividades variadas que suponen producir, procesar, transportar, importar, exportar y consumir alimentos. La mencionada Cumbre pretende «reconstruir» y «transformar» todas esas actividades, incluyendo, en definitiva, nuestro consumo de alimentos. La finalidad confesada se llama, en lenguaje onusiano, «cumplir los objetivos de desarrollo sostenible». Eso supone, según la propaganda ONU: asegurar el acceso para todos a alimentos sanos y nutritivos, dirigidos hacia modelos de consumo sostenible y saludable; proteger ecosistemas naturales mientras se avanza hacia modos de vida justos. Los sistemas alimentarios deberán flexibles, adaptables. Toda esta jerga ha surgido de la reflexión de académicos, expertos en medio ambiente, ONG, industriales, funcionarios y científicos.

Es cierto que hay objetivos planteados que pueden parecer necesarios, pero algunas de las ideas puestas sobre el tapete han causado preocupación en las organizaciones de agricultores norteamericanos. Por ejemplo, lo relativo a la desaparición de subvenciones y ayudas para las granjas, o la creación de un «Codex Planetarius» o Código Planetario para establecer criterios medioambientales mínimos y obligatorios para regir en lo sucesivo el comercio mundial de alimentos. Además, la ONU hace un llamamiento a abandonar las actuales formas de consumo y producción agrícola.

Este proyecto de Cumbre de la ONU no parece muy alentador. Alguien podría argüir que solo es palabrería. En realidad, las declaraciones y decisiones y de la ONU, una vez suscritas por todos los países sí condicionan de forma decisiva la actuación de otras organizaciones, como es el caso de la propia Organización Mundial del Comercio o de la Comisión para el Código Alimentario. Las organizaciones de agricultores de Estados Unidos se conjuran para que se llegue a acuerdos realistas basados en evidencias y en conocimientos científicos. El Ministerio de Agricultura del país norteamericano está participando en las negociaciones previas en la ONU. La próxima reunión de interés tendrá lugar a finales de julio en Roma, en la que los gobiernos tratarán de llegar a acuerdos concretos en los que haya acuerdo. La Cumbre tendrá lugar en septiembre de este año 2021.

AGENCIA FARO

versión en inglés

For the past several months, the United Nations has been convening meetings to prepare for the 2021 Food Systems Summit (UNFSS). The Summit is now garnering a lot of attention globally, and this year a group of U.S. agricultural organizations organized to ensure U.S. agriculture interests are represented appropriately. But what is this Summit and what are the implications of it?

The UNFSS, as announced by the United Nations Secretary-General, is intended to create momentum to “transform the way the world produces, consumes and thinks about food.” “Food System” is defined to refer to the full range of activities involved in producing, processing, transporting, importing, exporting, and consuming food. The Summit seeks to identify and advance ways to “rebuild food systems” and transform food systems to meet the United Nation’s Sustainable Development Goals, including ensuring access for all to safe and nutritious food; shifting to sustainable and healthy consumption patterns; protecting natural ecosystems; advancing equitable livelihoods; building resilience in food systems. It is a massive undertaking with active engagement from think tanks, academics, environmentalists, NGOs, but also industry, government and scientists.

While the goals may sound good and most are needed, some of the ideas put forward raise concerns for U.S. agricultural organizations. For example, 1) a call to transition away from current farm subsidies, or 2) create a “Codex Planetarius” to establish mandatory, minimum environmental standards to govern global food trade. There are also calls to transition away from livestock agriculture and consumption.

It is sometimes difficult to be overly excited about UN Summits – some might argue that they are just all talk. In reality, UN declarations and actions, agreed to by all countries, frequently influence critical trade organizations, including the World Trade Organization or the Codex Alimentarius Commission. So, it is good that U.S. agricultural organizations are now actively engaged to ensure realistic, evidence- and science-based outcomes are achieved. The U.S. Department of Agriculture leads interagency engagement as well on UN negotiations. The next big meeting will be the end of July in Rome, where governments will start work to try to craft mutually agreeable outcomes. The full Summit convenes in September 2021.