HAITÍ- En la madrugada del 7 de julio del presente año fue asesinado el presidente de Haití, Jovenel Moïse, en su residencia. Recibió 12 disparos provenientes de distintas armas de fuego y su autopsia ha revelado señales de violencia, por lo que no se descarta que haya sido sometido a torturas antes de su muerte.
Hasta el momento, han sido involucrados 28 colombianos (3 abatidos por las fuerzas especiales haitianas y 7 fugitivos señalados de conocer sobre los hechos o de haber participado en la operación); el exsenador y aspirante político, Emmanuel Sanon, y el jefe de seguridad del presidente, Dimitri Hérard (quien habría viajado varias veces a Ecuador, Panamá, República Dominicana y Colombia, de acuerdo con el general de la policía Jorge Luis Vargas). Igualmente, la versión que han dado algunos de los colombianos capturados apuntarían al primer ministro, Claude Joseph, como autor intelectual.
Todo está todavía por esclarecerse, sobre todo cuando hay teorías que son incompatibles entre sí o de plano contradictorias. Los mercenarios colombianos, en principio, habían sido contactados por su antiguo compañero en las FF.AA., el exsargento Duberney Capador (uno de los abatidos por las autoridades haitianas) para una misión en el extranjero. Habrían sido contratados por la empresa CTU Security, radicada en Miami y dirigida por el ciudadano venezolano Antonio Emmanuel Intriago Varela, para servicios de seguridad. Incluso, algunos familiares de los colombianos aseguran que fueron contratados justamente para proteger al presidente haitiano; pero, una vez en el país, les sería ordenado capturarlo.
Otros familiares, al contrario, eran del todo ignorantes de qué planeaban hacer los soldados retirados de las FF.AA. colombianas en el extranjero. No debemos extrañarnos de que sean colombianos pues, como afirmó José Espejo (miembro de la Asociación Colombiano de Oficiales Retirados de las FF.MM.), «el militar colombiano es muy apreciado en la comunidad internacional castrense» por su experiencia, preparación y gran capacidad.
Steven Benoit, un exsenador y figura de la oposición en Haití, cree que la historia no tiene sentido: los mercenarios no tenían plan de fuga (ni siquiera intentaron escapar inmediatamente) y el esquema de seguridad del presidente no actuó. Es más, según algunas grabaciones, los colombianos habrían llegado después de asesinado el presidente. Sin embargo, la primera dama Martine Moïse ha confirmado que fueron los colombianos quienes mataron a su esposo y la hirieron.
Agencia Faro, Círculo Tradicional Gaspar de Rodas de Medellín