La ficticia España del bienestar, que los medios de comunicación de masas reflejan, está sembrada de conflictos y discordias.
El 25-N fue inaugurado, en parte del suelo patrio, por manifestaciones en exaltación de la ideología de género, autodenominadas «Contra la violencia machista», sin otro propósito que el adoctrinamiento de una juventud cada vez más ignorante con cada golpe de reforma educativa. Esta línea sigue el alcalde comunista de Cádiz, José María González Santos, conocido en el hampa democrático como «el Kichi», que como remedio a la grave crisis del sector del metal en su ciudad –con un 26,15% de paro en octubre–, cambia el nombre de la calle del hermano pequeño de Francisco Franco, por el «Proletario del Metal». De ahí al Mausoleo de la Plaza Roja de Moscú le quedan ya menos plenos municipales por celebrar.
Pero la realidad del régimen del 78 es otra: la Delegación del Gobierno en la llamada «Comunidad de Madrid» contabilizó 3.074 manifestaciones en los primeros 10 meses de 2021, más de las que se registraron en todo el 2019, en un crecimiento que ya es normalidad.
Nadie queda por manifestarse: transportistas, agricultores, obreros del metal, trabajadores del automóvil, pensionistas, peluqueros, azulejeros, … De aquí a Navidad, hay fines de semana en los que se cruzarán diferentes manifestantes por las mismas avenidas.
El campo prepara una «gran manifestación en Madrid» que podría coincidir con la de los transportistas, que a su vez se desdoblarán en sus respectivas manifestaciones de camioneros y de patronal.
Cinco organizaciones agrarias han convocado una manifestación en Mérida para el próximo 2 de diciembre. Barajan la posibilidad de cortes en la autovía A-5 y una concentración masiva frente a Cetarsa en Navalmoral de la Mata para protestar contra los bajos precios de venta de sus productos y los altos costes de producción (los piensos se han encarecido un 30%, las semillas un 20 %, los abonos casi un 50 %, el agua un 33 % y los plásticos de los invernaderos un 46%). También tienen en el punto de mira los recortes de la PAC y los requisitos medioambientales, sólo por nombrar lo que consideran los principales problemas del campo en la actualidad. Reclaman una tarifa especial para la energía eléctrica empleada en la producción en finca, un IVA agrícola reducido del 10% para todos los insumos necesarios para la producción, o la revisión al alza del IVA compensatorio para los agricultores en estimación objetiva, reconocimiento y concienciación de la importancia del sector y revisión de los precios de entrada fijados con terceros países en los acuerdos preferenciales (Marruecos principalmente).
Otros grupos que organizarán sus correspondientes manifestaciones son la Policía Nacional y Guardia Civil, policías «autonómicas», locales, funcionarios de prisiones y hasta asociaciones de vecinos se han unido contra lo que consideran daña la seguridad de todos los ciudadanos y perjudica gravemente el trabajo policial. Se trata de la reforma de la ley 4/2015 de Seguridad Ciudadana, denominada comúnmente «ley mordaza».
¿Y el sector bancario? También saldrá a la calle. Ahora le toca al ERE de Unicaja, que despedirá a 1.513 trabajadores en toda España. Y con los despidos de CaixaBank, BBVA y Sabadell, sumarán más de 12.000 salidas que se completarán el próximo año. Hay que recordar que desde 2010 ya se han llevado a cabo 70 despidos colectivos que han implicado la salida de 73.000 empleados.
Un capítulo destacado en las protestas lo tendrá el sector del transporte estalló el día 10 con la convocatoria de un paro de tres jornadas en plena campaña navideña: el 20, 21 y 22 de diciembre. El motivo: la prohibición de que los conductores realicen la carga y descarga de los tráileres, el recargo que supone la entrada en vigor de la «euroviñeta» (pagar por circular) en varios países europeos o la construcción de áreas de descanso seguras, pero la gran novedad de los últimos tiempos es la espectacular subida de precio del gasóleo (un 25,3% respecto al año pasado).
Igualmente descontentos, los tabaqueros, por los bajos precios y reclamando la apertura de una mesa de diálogo.
El sector azulejero activará paros en el puente para alivio de la factura del gas. A la que hay que sumar la de la electricidad, que motivó el primer Expediente de Regulación Temporal de Empleo en el sector, y el próximo puente festivo de diciembre es la fecha escogida para reorganizar la actividad.
Por no nombrar los conflictos más locales, como el de los Tranvías de Zaragoza, con nuevos paros parciales en diciembre. Y no irán solos: el jueves 4 de noviembre ya fueron juntos con la plantilla del autobús urbano, en una concentración en la plaza del Pilar.
La agenda de diciembre, ya copada −aunque siempre queda un hueco para protestas del sindicato de maquinistas de RENFE−, se desborda en enero: así la asociación «Alma Rural» –una asociación de colectivos rurales para el desarrollo y Defensa del Mundo Rural–, que ha conseguido aglutinar a unas 300 entidades, asociaciones, ganaderos y agricultores, colectivos y familias del rural, empresas cinegéticas, así como entidades de pesca y de cazadores del ámbito social y comercial, convocan a los cazadores a la manifestación por el mundo rural y la caza el 23 de enero.
Y los que votan cada cuatro años desde hace 40 para sostener este sistema, ¿no deberían repensarlo?
Roberto Gómez Bastida, Círculo Tradicionalista de Baeza