Crítica a unos comentarios de H. Belloc al Mayor Douglas (I)

"La ruina del pequeño tendero", publicado en Social Justice de 4 de Abril de 1938

Tras la publicación de la Encíclica Laudato Si por el Papa Francisco en Mayo de 2015, el Arzobispo de Granada Javier Martínez decidió crear un nuevo cuaderno de bitácora titulado Ciudad de Dios y de los Hombres asociado a la página digital oficial de la Archidiócesis. Como suele ocurrir con las iniciativas culturales de los miembros de los neomovimientos de apostolado seglar surgidos a lo largo del pasado siglo –y el caso del Sr. Arzobispo Martínez, perteneciente a Comunión y Liberación, no es una excepción–, en ellas a veces se puede encontrar, entre una morralla de ideología conservadora, alguna que otra piedra preciosa para un genuino contrarrevolucionario. Así se observa en la sección de ese blog titulada Materiales para una política teológica cristiana, en donde encontramos una interesante entrada denominada «Breve guía para salir del marasmo».

Es conveniente precisar que esta entrada se encuentra en la primera y antigua página web del blog, mientras que en la última y definitiva no hemos visto que haya sido reincorporada. En dicho post, el Arzobispo recomienda la lectura de una reciente recopilación realizada por la editorial americana Catholic Autors Press de una serie de una serie de 26 artículos publicados por Hilaire Belloc en los meses de Febrero a Agosto de 1938 en la revista americana Social Justice editada por el sacerdote publicista canadiense Charles Coughlin. El título general de esa serie es The Way Out (El camino de salida), y trata acerca del «modo de salir» de la terrible situación social a la que el sistema capitalista había abocado al llamado «mundo occidental».

Los 13 primeros artículos son una descripción general de los males del régimen capitalista, y se titulan cada uno: Para empezar; El problema planteado; El trabajador asalariado; Insuficiencia e inseguridad; La ruina del pequeño propietario; La ruina del pequeño tendero; La mente proletaria; Usura; La enfermedad del monopolio; El capital mata su propio mercado; La verdad suprimida; El monopolio del crédito; y El final de la esclavitud. El artículo 14, que tiene el mismo encabezamiento que el general de la serie, resume los que Belloc estima como «falsos remedios» presentados en su tiempo para salir del capitalismo. A continuación, en los artículos 15, 16 y 17 trata acerca de la primera de esas equivocadas terapéuticas: el Comunismo; y dedica el artículo 19 a otra de esas falsas curas, a la que llama «Capitalismo Asegurado por el Estado», es decir, el sistema keynesiano patrocinado por los socialistas fabianos.

En fin, en los artículos 18 y 20 a 25 recoge la que considera verdadera solución basada en la restauración del régimen de propiedad y orden gremial antiguos, y que llevan, respectivamente, los siguientes títulos: La propiedad; El camino de salida (otra vez se repite este rótulo); El impuesto diferencial; El sistema gremial; El pequeño productor; El pequeño distribuidor; y Las funciones del Estado. Por último, finaliza en el 26 con un resumen y conclusión. Hilaire Belloc, como ya dijimos otras veces, dedicó muchos y variados trabajos al campo socioeconómico, al que consideraba –con razón– de vital importancia con vistas a la restauración de un genuino orden cristiano. Se pueden considerar como principales obras suyas en este ámbito: El Estado Servil (1912), Economía para Helen (1924) y La Restauración de la propiedad (1936). Hay que recordar que Belloc, aunque falleció en 1953, dejó definitivamente de escribir a partir del año 1941 como consecuencia de su muy quebrantada salud; es por ello que, con casi total seguridad, el grupo de artículos publicados bajo el nombre El camino de salida constituyen su última obra de importancia en relación a esta temática.

Dentro de ese conjunto de escritos, nos gustaría fijar la atención sobre todo en el número 14, dedicado, como hemos dicho, a presentar de manera sucinta los que él consideraba falsos modos de salir de la crisis social causada por el sistema capitalista clásico, imperante hasta aquel entonces en la teoría y en la praxis de las nuevas «ciencias» de la «Economía Política» y del «Derecho Político» (moldeadoras ideológicas de la Revolución contemporánea que venimos sufriendo durante estos dos últimos siglos y pico). Belloc los reduce a tres: el Comunismo; el «Capitalismo Asegurado»; y lo que él llama «Crédito Nacional», es decir, los principios establecidos por el Mayor Douglas. Hay que recordar que, en ese artículo, Belloc se limita a dar una visión resumida de estas tres doctrinas económicas, remitiéndose a un mayor desarrollo en escritos posteriores de la serie. En efecto, hemos visto que a la primera y a la segunda les dedica sus correspondientes artículos aclaratorios; pero no ocurre así con el «Crédito Social» de Douglas, que, o bien por olvido, o bien por desistimiento, Belloc no le dedicó ningún trabajo ulterior. Todo nuestro análisis crítico se limitará, por tanto, a lo que Belloc escribió contra este tercer (según él) «falso remedio» en ese sumario artículo 14 de la serie.

(Continuará)

Félix M.ª Martín Antoniano