El musgo del Nacimiento

En estas fechas es tradicional en el orbe cristiano y en especial en las Españas el recoger parches de musgo de los montes para armar los Pesebres y Nacimientos. Se trata de un material natural que asemeja un herbazal en miniatura, es muy abundante y pesa poco. Sin embargo, desde hace un tiempo, desde sectores del «no manejo», contrarios a toda intervención humana en la naturaleza, se insta a prohíbir a las familias recoger esas pequeñas cantidades de este producto natural acusándolas de destruir el medio ambiente. Pero, ¿es eso cierto? Veremos que la extracción regular de ciertas cantidades puede ayudar a la diversidad biológica y a la naturaleza.

Los musgos, briófitos con más de 12.000 especies, cubren con un tapiz los bosques del mundo, especialmente en las regiones templadas y boreales. Tienen una importante función en el ciclo hidrológico y del carbono, producen una gran cantidad de biomasa y proporcionan desde antiguo multitud de utilidades de forma sostenida.

En buena parte del mundo en los dos hemisferios puede encontrarse una espesa capa dominada por el musgo de pineda (Hylocomium splendens), que por nuestras latitudes hispanas alfombra cientos de miles de hectáreas de pinares de montaña. Este tapiz es antibacteriano, fungicida y antiparasitario, acaricida, insecticida, antibiótico, desodorante y medicinal. Tradicionalmente ha sido usado en seco para poner como plantillas en el calzado (abarcas y madreñas) y como cama en gallineros y cuadras, donde actúa como absorbente medicinal y cama cálida, desodorante y saludable para el ganado. Este musgo, odoldia en vascuence roncalés, donde odol significa “sangre”, posee una potente actividad contra las bacterias de tipo Gram (+). Se utilizaba por los leñadores para tapar y curar las graves heridas (odol izurtxeak) sangrantes de hachazos, complementado con un vendaje de azkatxe, líquen foliáceo (Lobaria pulmonaria), común en las hayas. Las comadronas nativas de Laponia, Alaska y Nueva Granada utilizan también estos musgos. Lo limpian, secan, envuelven y lo colocan en las cunas de los niños para rellenar y reemplazar el colchón y la almohada y, al cambiarse por la noche y por la mañana, mantiene al pequeño notablemente limpio, seco y caliente, sin escoceduras y dermatitis, cosa que no logran los pañales plásticos industriales.

Los escoceses también han utilizado desde antiguo el musgo con fines quirúrgicos, como apósito para heridas y llagas desde los primeros tiempos. Se envasa ligeramente en bolsas de tela fina o muselina, que se esterilizan antes de colocarlas sobre la herida.

Existen varias empresas alemanas y escandinavas de productos naturales que actualmente lo emplean con gran éxito como absorbente y antiséptico, de mejor resultado que el algodón hidrófilo médico.

En la naturaleza, muchos animales acopian sorprendentes cantidades de musgo. Los tasugos o tejones (Meles meles) rastrillan con sus patas delanteras grandes cantidades de alfombra de musgo del monte mientras retroceden. Son como graciosísimas cosechadoras de musgo que almacenan para acolchar y cerrar sus madrigueras. Donde hacen eso, la diversidad de musgo y flora es mucho mayor, regenerándose muchos árboles y plantas.

Si bien los montes alfombrados de musgo retienen el agua de la escorrentía, su extrema abundancia  (hasta 20-30 cm de espesor en los pinares) disminuye mucho la cosecha de agua para embalses y suministro a poblaciones, como se ha visto en los Pirineos. Por otro lado en pleno verano con sequías fuertes se secan extraordinariamente y son muy inflamables, por lo que deben ser controlados cerca de pistas o en áreas peligrosas pues dan lugar a fulminantes incendios forestales.

En los últimos años, el musgo forestal se emplea en minería y depuradoras, para filtrar contaminantes, especialmente medicamentos, de modo muy eficiente. En jardinería se emplean enormes cantidades de musgo seco en toda clase de espacios, como una herramienta ornamental. Los principales países exportadores son Chile, Nueva Zelanda, Rusia, Méjico, etc. También se aplican grandes cantidades para drenaje de campos de golf, por su gran capacidad absorbente de agua.

Tras la perjudicial y contraproducente prohibición de recogida de musgo en Navidad por parte de las leyes en España, la importación de musgos de otros países está causando grandes problemas de especies invasoras y en especial de varios musgos exóticos que están «okupando» nuestros montes, pastos y dunas de modo indeseable. Como comprenderá el lector, resulta más natural y ecológico emplear los saludables musgos de cercanía.

Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro, Círculo Matías Barrio y Mier de Palencia