Crónica de la visita a la ciudad de Cholula

un grupo de jóvenes con interés en la santa Causa acompa­ñó a algunos carlistas mejicanos

Algunos asistentes durante un momento de la visita. Agencia FARO

Aristóteles afirma que toda causa política debe tener tres soportes para realizarse: Buscar el mismo fin, tener los mismos ideales y compartir la amis­tad. Es la amistad la que llevó a dos de nuestros miembros del Círculo Tradi­cionalista Celedonio de Jarauta de la Ciudad de Méjico a visitar la ciudad de Cholula donde está naciendo un nuevo círculo porque querían antes que nada, conocer las maravillas artísticas sagradas que resguarda la ciudad y además, conocer cómo es que en esta ciudad permanece el modo de sociedad tradicio­nal a la que ni las revoluciones políticas ni religiosas han podido desterrar.

Un fin de semana no basta para conocer la innumerable cantidad de igle­sias, museos, monumentos, personajes e historias que se pueden contar de una ciudad dos veces milenaria; sin embargo, en una tarde de domingo después de oída la Santa Misa, un grupo de jóvenes con interés en la Santa Causa acompa­ñó a algunos carlistas mejicanos a visitar los santuarios más notables tanto de la Angelópolis (Puebla de los Ángeles) como de las ciudades gemelas de San Pe­dro y San Andrés Cholula. En esta visita se pudieron entablar conversaciones sobre lo que es el Carlismo, compartir experiencias sobre política y sobre to­do, ante la evidencia innegable de la presencia de los símbolos reales en edifi­cios religiosos y civiles, se pudo exponer que el Altar sin el Trono está incom­pleto.

Al banquete intelectual es menester añadir el banquete corporal, y en una agradable comida con vista a la Plaza de Armas se plantearon y resolvieron dudas, se brindó por S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón y al caer la tarde se procedió a escalar la milenaria «pirámide» de Cholula. En la cima se  elevó una oración ante la imagen de Nuestra Señora de los Remedios y después de encomendarle la Santa Causa, a Su Majestad Enrique V y el círculo de esta ciudad, finalmente se entonó el Oriamendi a voce pianissima en el «camarín» o capilla privada de Nuestra Señora. De esta gran Señora nos vino a salud y por ella misma nos vendrá la victoria.

Ángel Reyes Rosas, Círculo Tradicionalista Nuestra Señora de los  Remedios

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