La Asturias rural alza la voz contra los BESS

Es una evidente realidad que el mundo rural es un objetivo por batir, como lo fue el carbón y lo es el acero

Vecinos contra la instalación de parques de baterías. Fuente, La Voz de Asturias

BESS (Battery Energy Storage System), he aquí otro extranjerismo que nos invade. Sistemas de almacenamiento de energía en enormes baterías de litio. Este es uno de los nuevos jinetes del apocalipsis que amenazan al mundo rural, en este caso al asturiano, junto con los animalistas, los neorurales, los parques eólicos, las leyes de bienestar animal, el turismo de aventura, el turismo en general, etc.

No se trata de demonizar fuentes alternativas y limpias de producir o almacenar energía, sino de ver que la política europea, al albur de la transición verde, destruye fuentes de energía aún rentables e infraestructuras viables (mediante la política de tierra quemada, al derruir instalaciones en vez de mantenerlas en una razonable hibernación) por nuevas formas de negocio, regadas con enormes cantidades de dinero de nuestros bolsillos, que están haciendo nuevos ricos con soluciones que aún no sabemos si servirán de algo.

Estas tecnologías llamadas limpias tienen su doble cara en el uso de tierras raras, expropiadas de forma salvaje a países del tercer mundo, especialmente África, y cuya gestión posterior, cuando finalice su vida útil, es aún desconocida. Asimismo, desconocemos los riesgos a corto y medio plazo: incendios, explosiones, contaminación radiológica, calor residual, filtraciones al subsuelo y sus aguas, contaminación acústica, alteración del entorno visual, etc. Y todo esto es muy importante porque —¡oh, sorpresa!— los proyectos en marcha, al menos en Asturias, se pretenden instalar en el medio de zonas rurales, rodeados de ganaderías y explotaciones agrarias, que al más mínimo cambio en indicadores ecológicos podrían impedir vender carne, leche o productos agrícolas.

No se trata de una idea conspiranoica. Es una evidente realidad que el mundo rural es un objetivo por batir, como lo fue el carbón y lo es el acero. Hoy el objetivo de la UE y de la sinarquía que la gobierna es derribar esos pilares: han terminado con el carbón, pretenden terminar con las acerías y queda el mundo rural, donde el núcleo familiar aún persiste, donde sus gentes en mayor o menor medida son autosuficientes y, lo más importante, poseedores de los mejores terrenos para su ganado y los cultivos que nos dan de comer, algo que han hecho durante generaciones. Esos terrenos los quieren estos demonios que nos acechan con su evangelio del new green deal.

Adocenado el mundo obrero con sus sindicatos del fentanilo, en el mundo rural, donde también hay un sindicalismo dominado por los liberales de izquierda y derecha, surgen iniciativas interesantes que merecen atención. En Asturias, la Unión Rural Asturiana, sindicato independiente, intenta abrirse hueco en ese mundo y, sin ellos saberlo, como reflejo de los viejos gremios, defienden su sector sin cortapisas, sin idealismo, sin sectarismos, con realismo e interés por la conservación de lo que siempre han sido, son y, a pesar de algunos, serán.

Hoy el rural asturiano alza la voz contra los BESS, las inicuas políticas de vaciado sanitario, el turismo masivo insostenible y las imposiciones de los foriatos en nuestras tierras, la defensa de la ganadería extensiva y la reciella frente al lobo o el oso y la protección de nuestra leche frente a la foránea, entre otros males que amenazan la vida rural.

Asturias jamás vencida.

Puede observarse un vídeo que recoge las recientes protestas frente a los BESS aquí.

Valentín Gallardo

Deje el primer comentario

Dejar una respuesta