La abstención triunfa abrumadoramente en las elecciones catalanas

Según los datos oficiales provisionales y con el 100% del escrutinio finalizado, ayer domingo el 46,46% (2.494.382) de las personas con derecho a voto en la «comunidad autónoma de Cataluña» no lo ha ejercido.

Si a ese porcentaje sumamos el 1,43% de votos nulos (40.966) y el 0,84% de votos en blanco (24.021), resulta que el rechazo a estas elecciones al llamado «Parlamento de Cataluña» sube al 48,33% (2.559.369 personas) del censo electoral. Prácticamente la mitad.

Aún sería posible añadir los 590 votos reconocidos a «Escaños en Blanco», con lo que el rechazo ascendería a 2.559.959 personas, el 48,35% del censo.

Compárese esa cifra con los 652.858 votos supuestamente recibidos por las candidaturas consideradas ganadoras, las del PSC-PSOE.

Si tomáramos en serio el sufragio universal (y dentro de las variedades de éste, la menos representativa aún del reparto proporcional de votos que rige en España), habría que decir que estas elecciones autonómicas han supuesto un claro rechazo también al separatismo catalán (anticatalán, en realidad). Se han presentado numerosas candidaturas separatistas distintas, aptas para atender todas las diferencias, hasta las mínimas, entre las tendencias nacionalistas. Juntando los votos recibidos por todas ellas, sin embargo, son muchos menos que las abstenciones, y se sitúan en torno al 20% del censo electoral. Y ello tras décadas de adoctrinamiento separatista en los medios y en los centros de enseñanza, y de coacción nacionalista en todos los órdenes de la vida en Cataluña.

El constitucionalismo falsamente españolista ha quedado relegado a una mínima representación. Los buenos catalanes, los patriotas españoles, les han dado la espalda.

En resumen: buenos resultados para la reconstrucción. Recuérdese que el Carlismo, la Comunión Tradicionalista, pidió la abstención. Que ha triunfado abrumadoramente.

Resultados de las elecciones autonómicas en Cataluña del 14 de febrero de 2021. GenCat.

Agencia FARO