Reseteo transhumanista

Interactiva Digital

La epidemia del nuevo coronavirus está siendo utilizada por los Estados más adictos al Sistema para imponer una serie de medidas que, de otra forma, no podrían haber aplicado o, al menos, no a esta velocidad.

La República francesa ha ampliado el plazo para matar a los niños en el vientre materno hasta el noveno mes. Emplean como justificación —como si el aborto pudiera tenerla— el «malestar psicosocial». El antiguo Frente Nacional, llamado ahora Agrupación Nacional, se ha abstenido ante esta aberrante ampliación legal del infanticidio. No esperen ninguna reacción sincera y real de la llamada «derecha alternativa» con respecto a la agenda global que las élites pretenden implantar.

La epidemia se utilizará para avanzar en la eliminación del dinero físico. Siguiendo la estela transhumanista en la que llevamos un tiempo adentrados, el poder político-financiero pretende vendernos este hecho como un destino fatal, inevitable e irresistible. Una predestinación calvinista que hará nuestra vida terrenal más fácil y cómoda.

Quizás este hecho, visto aisladamente, pueda parecer de poca importancia, especialmente teniendo en cuenta el caos general. Pero, visto desde cierta distancia, provocar una crisis económica puede servir al Sistema de excusa para imponernos, como salvación, la moneda única, global y digital. Junto con la imposición y apoyo social del teletrabajo, se sucede el derrumbe de la pequeña y mediana empresa. Además de la creciente presión de la inteligencia artificial, planteada para sustituir multitud de tareas laborales.

No debemos desesperarnos ante el horizonte próximo, sean conjeturas hipotéticas o hechos en proceso. Gracias a Dios, los designios de los Tiempos le pertenecen a Él. Los magnates, políticos, masones y filántropos que pretenden manejar el Mundo no son omnipotentes. Son seres de carne y hueso, que se enfrentan entre ellos, fallan en sus predicciones y se equivocan en sus decisiones.

Los cristianos debemos saber vivir siendo sal en la Tierra. Pero evitemos volvernos sal sosa con la contaminación mundana a la que nos vemos tan expuestos. Sepamos apartarnos y evitar la lobotomización social con la que, por medio de los Netflix y compañía, pretenden aborregarnos.

Jaime Alonso, Círculo Tradicionalista Juan José Marcó del Pont