Descolorido festejo a Nuestra Señora del Rosario en Guatemala

© Juan Manuel Barrientos Suárez

Este mes está dedicado a una de las devociones Marianas más difundidas y acogidas a lo largo y ancho de la tierra, Nuestra Señora del Rosario, patrona del Reino de Guatemala. La festividad ha quedado relegada a pocos lugares de la antigua Capitanía General. A pesar de los lamentables acontecimientos de la secesión, Nuestra Señora del Rosario permaneció como patrona de Guatemala desde la época de la Monarquía Católica.

La devoción patria a la Virgen del Rosario se remonta a la época en que se asentaron los primeros frailes de la Orden de Predicadores en el Valle de Almolonga, Ciudad Vieja. Allí comenzaron a difundir la devoción del rezo del Rosario. La primera cofradía del Rosario fue fundada en 1559. El obispo Francisco Marroquín, primer obispo consagrado en las Españas de ultramar, fue también el primer obispo de Santiago de Guatemala y exhortó a que se erigiera una hermosa capilla dedicada a la devoción del Rosario. Esta cofradía estuvo a cargo de la exaltación de la festividad de Nuestra Señora del Rosario, cuando su Santidad San Pio V la instituye tras la intercesión de María Santísima en la Batalla de Lepanto, el 7 de octubre de 1571. 

Fray Lope de Montoya, de la orden dominica, mandó elaborar una imagen de Nuestra Señora en plata, para que presidiera la capilla de la cofradía. Fue entregada en diciembre de 1592, se desconoce hasta el día de hoy su autor. Esta bella devoción a Nuestra Señora del Rosario y al Santo Rosario es una de las más arraigadas por estas tierras.

Este año será una celebración muy particular y distinta. La crisis sanitaria que atraviesa el mundo en estos momentos con tintes totalitarios ha suprimido cualquier tipo de celebración y festividad pública. La situación ha provocado distintas opiniones y discrepancias: por primera vez en muchos años no se podrá asistir físicamente a visitar y celebrar a la Virgen del Rosario en su fiesta. Se extrañará la celebración, que empieza a marcar el calendario popular de las festividades de fin de año. Esperemos que estas medidas tiránicas, asumidas servilmente por el clericalismo, no permanezcan más. Roguemos por que podamos vivir nuestros Sacramentos y celebraciones con toda normalidad en breve plazo.

 Juan Manuel Barrientos Suárez, Círculo Tradicionalista del Reino de Guatemala.