En el artículo anterior mostrábamos un elenco de personalidades y organizaciones vinculadas al Comité del Paro colombiano. Proseguimos con el análisis de este fenómeno singular.
***
Sin ninguna representatividad, los miembros del autodenominado comité del paro no son la voz realmente de la gran mayoría de los colombianos. En último caso, representarían a una pequeña parte, un 2% aproximadamente de una población de cincuenta millones de personas. Hoy apenas el 4.6% de empleados colombianos están afiliados a sindicatos. Pero estos no son los que marchan, hay una gran cantidad de encapuchados, de jovencitos desubicados, y mucho lumpen en las barricadas, además de los comandos organizados y los que trabajan para líderes políticos que les conviene el caos para sus aspiraciones electorales.
Los señores son de izquierda y trabajan, algunos de forma directa y otros indirectamente, para las FARC y el ELN, que operan con sus comandos urbanos, y con los hombres enviados por Venezuela y Cuba. Y con los grandes recursos que han llegado desde el primer país para financiar las acciones terroristas, su objetivo es una Colombia socialista.
El plan se viene implementando por años y con la participación activa del expresidente Juan Manuel Santos y sus secuaces: Masones, liberales, y la falsa derecha, que desde su gobierno, que termino en 2018, y que usurparon y desconocieron el triunfo de los colombianos que votaron por el NO, en el plebiscito de los acuerdos de paz de 2016; que votaron por el NO a una paz falsa; Caballo de Troya del socialismo internacional. Esta ha sido utilizada como arma para la destrucción de la institucionalidad Colombiana. Con los cambios constitucionales que este acuerdo de falsa paz generó y que claramente son espurios y, por tanto, no son válidos. Sin embargo desconociendo la voluntad de los colombianos, fueron usadas como armas efectivas para el debilitamiento de la policía y las fuerzas armadas del país. Estamos, no ante un paro de las fuerzas vivas del país y de la sociedad civil, estamos ante un ataque narcoterrorista comandado en primera persona por Gustavo Petro detrás de bambalinas y un grupo de cabezas escondidas y secretas que responden a los planes del foro de Sao Paulo y del grupo de Puebla.
La narrativa de la prensa nacional e internacional muestra una realidad completamente diferente a la vida cotidiana del colombiano trabajador y civilista, completamente distorsionada y llenas de mentiras y medias verdades, además de una parcialización de los hechos.
Estamos ante un ataque coordinado de la izquierda internacional y de sus agentes anti patriotas en Colombia.
El mismo gobierno ha reaccionado de una manera tímida y solo pendiente de lo que opina amnistía internacional y otras entidades de los derechos humanos y de instituciones como la ONU y demás entidades internacionales de tinte globalista e izquierdista.
Los colombianos de a pie, los católicos y la sociedad civil estamos solos en esta encrucijada, ante esta arremetida que no es más que un ataque de guerrilleros en las ciudades. Después de soportar por más de 50 años la guerra en los campos. Ahora esta, ha escalado a las ciudades, con otras formas más sofisticadas de lucha. Y además nos enfrentamos a una comunidad internacional que nos graduó de estado totalitario poniéndonos ridículamente a un nivel similar a las peores tiranías del planeta. Desconociendo la institucionalidad de la nación Colombiana y su lucha por la libertad del individuo. Nos graduaron de estado asesino utilizando y manipulando la noticia como arma de guerra. Y es que para el sufrido pueblo colombiano la guerra la hemos librado solos, con la incomprensión de las fuerzas vivas de la comunidad internacional, desde el Papa con su llamado a respetar la protesta pacífica, cuando no han sido protesta pacífica. Hasta la última ONG de Europa que ha favorecido la mentira y la toma socialista y comunista del país. Ya tomaron partido no por el pueblo colombiano, sino por los terroristas.
Con la esperanza puesta en Nuestro Señor Jesucristo y la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, luchamos por el reinado de Cristo y por su Soberanía sobre Colombia y el mundo.
Alejandro Bermúdez Hernández, Circulo tradicionalista de la Nueva Granada