Los 12 de octubre han venido estos últimos años acompañados de creciente desinformación. Avanzan progresivamente los gritos histéricos de los grupos anti católicos, indigenistas de corte izquierdista. Pero los liberales nacionalistas son los artífices principales de las mentiras en torno a la proceso de conquista y cimentación de la América Hispana.
Se han ido sucediendo ataques sobre la incorporación del Nuevo Mundo a la Monarquía Católica. Cada vez más fieros, sin ningún rigor histórico. Los liberales ilustrados de finales del siglo XVIII araron la América española para sembrar la cizaña. Parafraseando a Maeztu, son «la yedra frondosa trepadora que asfixia al árbol». El liberalismo es el germen de confusión. Sus mentiras persiguen desligar a cualquier buen hombre cristiano de las virtudes a que aspira, embriagarlo con unos engañosos derechos del hombre. Es el liberalismo el que ha luchado para sacar a Dios del alma. Adoctrina desde la escuela para endiosar a la nación y rechazar la patria.
Los Estados-nación formados en el siglo XIX son todo lo opuesto a lo que Dios inspira. Lo contrario a la comunidad política natural, todo lo torcido a la entereza que la Doctrina de la Iglesia nos exige. La reeducación forzosa de «amar» la nación fue brutal y hasta el día de hoy lo sigue siendo. Como una doctrina errada, con dogmas carentes de toda legitimidad: inoculados en el pensamiento de todo ciudadano a través de la escuela, los medios de comunicación y toda herramienta para sostener lo insostenible. Las dictaduras liberales de principio del siglo XX fueron el cuaje de los deseos de aquellos ilustrados dieciochescos.
Cien años después, vemos cómo el liberalismo sigue adaptándose y mutando a las exigencias de las épocas, como buen reptil. Ahora lo vemos con su otro rostro, el izquierdismo vestido de indigenismo iconoclasta. Los grupos feministas destruyendo cualquier rastro heredado de la época de la Monarquía Católica. Persiguiendo los vestigios de la evangelización de medio orbe. Contra este viejo enemigo, debemos mostrar entereza y fortaleza. Defendiendo la verdad y resistiendo estos nuevos ataques, que vienen siempre del mismo adversario. ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Hispanidad!
Juan Manuel Barrientos Suárez, Circulo Tradicionalista del Reino de Guatemala.